Hoy, no ha sido una faena espectacular. Ha sido una sinfonía de bien torear. La plaza entera así lo comprendió, al grado de estar de acuerdo con el torero de suspender la música de la estupenda banda de música de la Nuevo Progreso durante la faena del primero de su lote. Como aquella frase que reza "La Música callada del toreo" digo yo, es más sublime que cualquier tonada.
"Soñador" le correspondió en suerte. Acertadamente, debido a su extrema debilidad, don Alfredo Sahagún ordenó desde el palco que fuera sustituido por "Costurero", del mismo hierro titular.
Abanto, con reservas, se quedó en la capa de Roca Rey quien ejecutó mandiles. Al caballo fue a regañadientes, breve y muy en corto, como el resto de sus hermanos. En el tercio de muerte, el torero brinda a Pablo Moreno y lleva al peñalbeño por delante, andando, hasta el terreno de los medios. Por fortuna, el toro aguantó que le bajaran la mano, y con tiento le llevaran a humillar.
Con inteligencia, el peruano le dio pausa, tiempo, distancia, temple para evitar que aflorase la falta de fuerza. La faena muy bien construida a un toro que en momentos volvía en dos manos conectó de gran forma con una afición que valoró cada detalle, no exento de valentía.
Abrochó el trasteo por manoletinas y detalles de buen gusto. Se tiró a matar para dejar media en buen sitio, lo que tal vez influyó para alguna protesta por el par de trofeos. Esta faena fue la que, tal vez, el mismo torero y nuestro país esperaban de la figura andina.
Octavio García "El Payo" derrochó voluntad y entrega toda la tarde. El primero de su lote, noble sí, pero tardo, con una distancia muy exacta por el derecho y falto de fuerza, el queretano le intentó. Tres cuartos de acero en buen sitio que tardó en hacer efecto, por lo que escuchó un aviso.
A "Vikingo" cuarto de la tarde le lanceó el queretano con temple y sabor. Por desgracia, el de Peñalba, luego de un picotazo en varas, no dio más. Pinchazo y dos con la espada de cruceta.
Para Arturo Gilio, hijo, hoy era una tarde con mucho compromiso y oportunidad. Así lo entendió el lagunero y se fue a porta gayola a recibir al tercero de la tarde. Luego intentó lancear de hinojos al de Peñalba. Como al resto del encierro, a "Báltico" le faltó mucha fuerza. A pesar de la entrega del Gilio, en la que logró buenos momentos, que le fueron muy jaleados, aquella blandura no propició la faena. Buenos muletazos, uno a uno, muy apreciados por la parroquia.
Con el último del festejo, Arturo tuvo que centrar un incómodo calamocheo, para lograr algún buen momento con disposición y entrega. Al final, de plano no se entendió con "Nopalero".
Para el domingo próximo, la empresa anuncia seis toros de Pepe Marrón, para los caballeros en plaza Jorge Hernández Gárate, Guillermo Hermoso de Mendoza y el joven Javier Funtanet.