San Román impone su valor en Guadalajara
Cortó dos orejas y fue el triunfador de la Corrida de Las Luces
Para hacer un guisado de liebre –obviamente– es indispensable la liebre. Para una corrida de toros pues se requiere el ingrediente indispensable. El encierro de Boquilla del Carmen, pues sí, no dio problemas. No desarrolló sentido, tampoco tuvo malas ideas insuperables...
Pero sí, al menos a un par de toros les faltó la presencia que requiere una plaza de primera, como la "Nuevo Progreso", en la que cada vez es más frecuente que se lidien astados ausentes de la seriedad que caracterizó a esta plaza, su afición, y sus autoridades. Y de no haber sido por la rotunda entrega y el inmenso valor del matador queretano, Diego San Román, lo de esta noche habría quedado en una bonita procesión en honor a la Virgen e Zapopan y párenle de contar.
Destaco el toro lidiado tercero en el orden, mismo que el público aplaudió en el arrastre. También lo hago con la actitud del matador queretano, Diego San Román, un torero –ya del gusto de la afición tapatía– en toda la extensión de la palabra.
Al primero de su lote, un astado con el nombre de un toro legendario, "Joyerito" del hierro Partido de Resina, cuando entonces se anunciaba "antes, Pablo Romero", lidiado en el año de 1999 en Las Ventas de Madrid. Aplaudido de salida, por su bonita estampa, sin mayores preámbulos San Román fue por él a la zona de la puerta de cuadrillas para bregarlo con mando, temple, y ya en el centro del ruedo lancearlo para arrancar las primeras ovaciones de la tarde. Acudió de largo en varas, aunque no se quedó a pelear.
El tercio de muerte lo comenzó Diego por estatuarios, para enseguida llevarlo por alto hasta los medios. Para acudir al engaño, "Joyerito" se lo pensaba, pero el de Querétaro le tragó para conseguir someterlo
Sin cortapisas, la plaza se le entregó –ya lo había el público ovacionado en el tercio, al concluir el paseíllo– luego de aguantar cuando el toro le apuntaba a la barriga. Por desgracia dejó un pinchazo y tres cuartos de estocada delantera, pero fue llamado al tercio para escuchar una fuerte ovación.
A "Pardito", segundo de su lote, lo recibió con un farol de rodillas en el tercio. Este de Boquilla del Carmen peleó bien con los montados. Para el tercio de final, Diego le caminó pausado, con soltura, porque no estaba sobrado de fuerza ni de transmisión, pero el torero le dio su tiempo, su distancia, para extraer –literalmente– los muletazos, al grado de poner la pierna como carnada. A pesar del casi nulo recorrido, ante el frenesí de la parroquia, Diego se lo enredó en la cintura a cámara lenta para realizar luego una dosantina que reventó la plaza entera de júbilo y admiración.
Abrochó la emocionante faena, con manoletinas de hinojos y arrancar los gritos de la afición de "¡torero, torero!" Sepultó una entera en buen sitio, de rápidos efectos y cortar dos orejas.
La plaza "Nuevo Progreso", nomás no se le da al valiente moreliano Isaac Fonseca. Con el segundo de la tarde, primero de su lote, Fonseca buscó agradar al respetable, pero "Guantero" no transmitía. Isaac trataba, pro contra la sosería, pues es imposible. Falló con los aceros. Escuchó palmas del respetable, y un aviso del palco de la autoridad.
El quinto de la tarde, tampoco fue materia prima, ni medianamente potable. Limitado de fuerza y raza, no permitió lucimiento alguno y el moreliano abrevió.
Se presentó el joven salmantino Marco Pérez. Si este joven sigue por el camino que hoy le vimos, puede gustar en México. Al tercero de la tarde, bien lo recogió en el terreno de los medios para escuchar aplausos. Con la muleta se hizo de él con trincherazos y pases de la firma con verticalidad.
Ya en el centro, poco a poco se fue centrando para entonces bajarle la mano. "Vencedor" era muy tardo, pero luego de la primera embestida, Marco bien lo engancha, para ligar muletazos muy del gusto de la afición. Aguantó Pérez incluso, algún parón a medio pase. Dejó una entera traserilla que bastó, para ser llamado al tercio a recibir una bien ganada ovación.
El último de la tarde no le dio posibilidad alguna, como no fuera evidenciar su buena disposición de hacerle faena. El toro fue abanto, tardo de salida y débil. Fue igualmente tardo en varas, aunque fue noble y obediente en la franela. Cuando comenzaba Marco Pérez a conseguir algún resultado, el toro cantó la gallina y comenzó a buscar las tablas. Bastaron res pinchazos para que el toro se echara.
Para este domingo 19 de octubre, a las 16:30 horas, la empresa anuncia un encierro de Teófilo Gómez para el hispano Alejandro Talavante, la repetición del triunfador Ernesto Javier "Calita" y el de Aguascalientes, Héctor Gutiérrez, un torero consentido de esta afición, prácticamente desde que tomó la alternativa hace cuatro años.
Ficha
Guadalajara, Jal.- Plaza "Nuevo Progreso". Corrida de Las Luces. Un tercio de entrada, en noche fresco y con lluvia intermitente. Toros de Boquilla del Carmen, con edad, ligeros de romana, bonitos de estampa, amplios de cuna y juego variado, de los que destacó el 3o., que fue aplaudido en el arrastre. Pesos: 485, 478, 475, 497, 485, 487 kilos. Diego San Román (lila y oro): Ovación y dos orejas. Isaac Fonseca (azul bahía y oro): Palmas tras aviso y palmas. Marco Pérez (grana y oro): Ovación y palmas. Incidencias del festejo: Al finalizar la procesión, un sacerdote narró el episodio de 1540 en que se atribuye a la Virgen de Zapopan la pacificación de esta región. Enseguida, impartió la bendición a todos los presentes. El banderillero Fernando García saludó una ovación tras dejar buenos pares al 2o.
Guadalajara, Jal.- Plaza "Nuevo Progreso". Corrida de Las Luces. Un tercio de entrada, en noche fresco y con lluvia intermitente. Toros de Boquilla del Carmen, con edad, ligeros de romana, bonitos de estampa, amplios de cuna y juego variado, de los que destacó el 3o., que fue aplaudido en el arrastre. Pesos: 485, 478, 475, 497, 485, 487 kilos. Diego San Román (lila y oro): Ovación y dos orejas. Isaac Fonseca (azul bahía y oro): Palmas tras aviso y palmas. Marco Pérez (grana y oro): Ovación y palmas. Incidencias del festejo: Al finalizar la procesión, un sacerdote narró el episodio de 1540 en que se atribuye a la Virgen de Zapopan la pacificación de esta región. Enseguida, impartió la bendición a todos los presentes. El banderillero Fernando García saludó una ovación tras dejar buenos pares al 2o.