"La verdad que todos los días se aprende algo de ellos. Me recibieron con mucho respeto y creo que el respeto también se gana. Me gané el respeto de la afición, de los empresarios, los directores de corrida y de los mismos cavaleiros. No me gusta ser presumido, ni nada, pero en esta ocasión se vale decir que hicimos una historia cumbre en Portugal que no se había hecho y yo creo que pasará mucho tiempo para volverla a hacer, incluso mi próxima temporada, que ya está hecha, se viene complicada, porque superar lo de esta temporada me lo pone muy difícil, dijo.

Finalmente, habló también de las que consideró fueron sus mejores faenas.

"Tuve faenas en plazas donde me repitieron, como en Montijo, una plaza monumental de primera; en Arruda dos Vinhos también fue otra plaza donde repetí y yo creo que la faena de Campo Pequeño fue muy importante por la complicidad del toro, que era un toro de edad y de una ganadería difícil que pesó 630 kilos y yo abriendo plaza".

Emiliano Gamero es uno antes de ese toro y uno después de ese toro. Me cambió la forma de pensar, de ver la vida y de verdad me hizo sentir miedo y a la vez lleno de entrega que no sé cómo explicarlo. En cada banderilla era como decir ‘me persigno a ver si salgo de esta’. Era un toro fiero, complicado, con mucho sentido, salimos adelente y desde ahí me gané el respeto de Portugal.

Destacó también una corrida que quedará para la memoria de los portugueses y la suya propia, la realizada en Figueira da Foz, el 13 de agosto. Gamero regresará a Europa en mayo del próximo año, pero en tanto esperará que algunos empresarios lo llamen para actuar y confirmar ante la afición mexicana que viene hecho un gallo de pelea para cualquier plaza.

"Ese es un tema que tiene que resolverlo mi administración. Yo vengo con toda la intención de torear; de demostrar que me hizo bien estar en Portugal y, sin duda alguna, de que mi tauromaquia dio un giro, un cambio tremendo que le va a encantar a la afición. Vengo preparado para torear, donde quiera, con quien quieran y para triunfar", expresó.

Gamero abundó en el tema y señaló que espera que su honestidad no vaya a incomodar a nadie:

"Yo vivo del toro, de mi profesión, y es muy importante que tomemos en cuenta que, sin pelos en la lengua, soy de los pocos rejoneadores aquí en México que viven de esto. Nunca nadie me ha regalado nada. Todo lo que tengo lo he sacado de lo que soy, de mi carrera".

Tocará ahora a los empresarios del país reconocer lo hecho por Gamero en Portugal, la cuna del rejoneo, traducido en corridas donde pueda demostrar a los públicos el paso adelante que ha dado como torero a caballo.