Héctor Gabriel  Ferrer es virtual ganador del certamen “Descubiendo un torero”, por segundo año consecutivo, y muestra la solidez necesaria al constituirse desde ya como uno de los prospectos más importantes de la baraja mexicana para poder llegar a ser un matador de relieve a su debido tiempo.

No es casualidad que el poblano vuelva a imponerse en este certamen, sino que es producto de la constancia en el trabajo de todos los días y una buena dosis de talento. Sus bases se exponen firmes, además de notársele una evolución progresiva que ilusiona, aunque también por supuesto no debe “creérsela” y redoblar esfuerzos para seguir superándose y corregir lo que sea necesario.

Hoy en la Plaza Arroyo pudo haber tenido una rotunda tarde de triunfo, pero el manejo de los aceros es de esos aspectos en los que deberá poner mayor énfasis.

En primer término sorteó a un novillo precioso de estampa, que dio muy buen juego. El de José María Arturo Huerta tenía una clase de dulce y, de no haber sido por su falta de fuerza, podríamos estar hablando de un ejemplar de bandera. Héctor Gabriel supo serle paciente para, sin forzarlo más que lo necesario, construir una faena en la que toreó con cadencia.

Colocándose adecuadamente la mayoría de las veces, dejó ver el temple que brota de sus muñecas. Casi siempre a media altura, le labor del torero de Puebla pudo merecer la oreja, pero el tema de las espadas le privó de esa posibilidad y solamente cosechó una ovación.

Su segundo fue de La Joya, ante el que volvió a dejar patente que es un novillero al que le funciona la cabeza, pues sabe analizar las condiciones y plantea bien sus faenas. Lástima que el novillo, encaste Parladé, no tuvo demasiada duración y vino a menos, por lo que no consiguió redondear.

Debido al percance que sufrió Mariano Sescosse, Héctor Gabriel debido lidiar al sexto, un precioso y enclasado jabonero de Santa María de Xalpa, que terminó un poco agarrado al piso. Aunque por momentos llegó a ahogar al novillo y se pasó un poco de faena, aprovechó las embestidas nobles de su oponente y trazó tanto derechazos como naturales de bella factura.

Ferrer tiende al toreo de clase y lo dejó claro hoy en la Plaza Arroyo, donde el público le pidió la oreja pese a liquidar hasta la segunda oportunidad con la toledana. El trofeo deberá constituirle como el triunfador del certamen, pues más allá de lo numérico sí se trató del novillero más destacado de “Descubriendo un torero”.

La tarde no fue fácil para el tapatío Román Martínez, que en primer término lidió al uno de Jaral de Peñas que resultó un tanto incierto y se le castigó en exceso durante el primer tercio, por lo que llegó sin fuelle a la muleta e incluso se echó en un par de ocasiones. Cuando le dio su adecuada distancia, logró algunos momentos buenos.

El quinto fue de Xajay, un ejemplar que tuvo bravura seca y que terminó por desarrollar sentido, tornándose peligroso. Román es solvente en banderillas, así como entregado y carismático en su toreo, pero evidenció que todavía necesita fundamentos técnicos y tener mayor calma en sus emociones, pues en ocasiones se vio atrabancado y sufrió una fuerte voltereta.

Mariano Sesccose lidió con voluntad al de Barralva, un astado que obedecía al cite pero llegaba a quedarse corto, sobre todo por el pitón izquierdo, y tuvo cierta aspereza. Con la diestra, el zacatecano pudo dejar detalles del empaque que le caracteriza, pero en una voltereta cayó mal y sufrió un esguince en el cuello, por lo que pasó a la enfermería y ya no pudo salir a lidiar a su segundo.

Interesante novillada la que puso punto final a la tercera edición de este certamen organizado por la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, además de celebrar los 45 años de la Plaza Arroyo, en la que destacó la solidez de un prospecto… Héctor Gabriel Ferrer