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El Juli, cumbre en el cierre de Manizales

Sábado, 12 Ene 2013    Manizales, Col.    Paulo Sánchez | Foto: Archivo         
Salió a hombros tras indultar un ejemplar

Dos verdaderas cátedras de poderío y dominio absoluto de la profesión es lo que ha dictado esta tarde en la Plaza de Toros de Manizales Julián López "El Juli". Pocas veces se ve tanta facilidad en la ejecución de cada una de las suertes, porque pocos toreros llegan a puntos de madurez y exquisitez tales. 

Julián parece hecho de toro, y para el toro. Su intuición es única en el circuito, y en tardes como estas, a unísono agradecemos que la fiesta cuente con toreros como El Juli, porque se vuelven tributo a esta expresión que los oportunismos quieren poner en peligro de extinción. Y podrán extinguirse las corridas de toros, pero el arte que contiene la tauromaquia existirá mientras existan figuras de la dimensión de El Juli. 

En el segundo de la tarde, que no fue pronto, Julián bordó el toreo en series rotundas con ambas manos, para luego obligar al toro y dominarlo a placer, magisterio que valió más que la falta de raza del toro. Desafortunadamente las obras hay que firmarlas, para que no queden siendo sin autor, y sobre todo sin valor, y cualquier peso que se de por ellas sea alto para lo que realmente valen. Y la oreja que le concedieron a El Juli en este toro, hay que decirlo, no debieron darla; por la imperfección de la  estocada, tan trasera y caída que hasta para la bella obra que acababa de hacer El Juli, era una firma devaluada. 

Pero Julián estaba para abrir la puerta grande, para ocupar los titulares de estos medios, para encantar muchedumbres y para desconcertar presidencias con el conjuro de su poder. Todas, menos una de esas conquistas de El Juli, son buenaventura. Por supuesto, es la que pone el dedo acusador en el criterio del presidente de la plaza, que concedió el indulto a un toro que El Juli rescató cuando se había apagado e iba camino de las tablas, en una soberbia demostración de poder.

Faena cumbre desde el tercio de capote en donde con variedad y desparpajo se pasó el toro por todos lados, para luego poner boca abajo la plaza con dos quites que constituyen lo mejor de capa que vimos en la feria. El primero por lopecinas a petición del público y el segundo alternando lances de frente y con el capote a la espalda, que hicieron estallar en delirio a la plaza, tanto que hasta la música sonó para acompañar los quites.

Hubiera sido mucho más inobjetable el triunfo de López, si el presidente en su mal criterio le ordena matar al toro, y que las orejas hubieran llegado aún más peludas, aún más gloriosas, aún más de verdad. Indulto exagerado, y dos orejas más justas que un fiel de balanza.

Sebastián Castella, que ayer había dejado buen sabor, y que esta plaza tanto quiere, no la tuvo fácil en ninguno de sus dos turnos, porque cada una de sus actuaciones estuvo precedida de la apoteosis de El Juli. Pero el sabe lo que es competir porque es figura y porque solo tiene duelos profesionales con sus pares las figuras. 

En el tercero de la tarde superó con buena técnica la embestida bronca del toro y quitó ceñidamente por chicuelinas. A la muleta el toro llegó más dócil, y con más chispa. Arrolló a Castella y lo golpeó con fuerza cuando el torero cayó a la arena. Ya es conocida la fibra del francés y continuó la lidia sin inmutarse, ganando en intensidad y emoción del público que lo animó en todo momento. Toro y torero se mantuvieron en los medios, y eso hizo que la faena tuviera un valor especial. Buena la faena, bueno el toro y una oreja de peso a manos de Sebastián.

El inicio de faena al sexto, aunque conocido ya de su repertorio, tuvo otra forma, y los cambiados por la espalda que casi siempre ejecuta con perfección, alcanzaron esta tarde nota sobresaliente. Emocionante ese inicio, simbólico y auspicioso para lo que vendría. Castella esforzado ante un toro que se vino a menos, que terminó sin fondo y al que toreó con inteligencia y paciencia para sacar los pases de uno en uno. Después de un pinchazo sin soltar, Castella cerró la feria de Manizales con un estoconazo que adornó la faena y le aseguró la oreja que le abrió la puerta grande de la Plaza de Toros de Manizales, que se vistió de luces este año para albergar una temporada seria, y bien hecha. 

Pepe Manrique sigue manteniendo regularidad, y se afianza como uno de los toreros colombianos con más clase, pero hay algo que queda haciendo falta para alcanzar triunfos categóricos. Y no es solamente que tenga mejor suerte con la espada, es también que en los momentos en que sus faenas rompen en la muleta, el se rompa con ellas, es la fibra que termina de enaltecer lo que muy bien consigue con trabajo, entrega y torería. 

Esta tarde en los dos turnos, dejó ir las orejas que debió cortar, porque sus obras no tuvieron buen desenlace. Buen inicio, buen nudo, regular desenlace. La primera tuvo ligazón y temple, al frente tuvo codicia y fijeza en el de Ernesto Gutiérrez, y con los aceros echó a perder el triunfo. En el cuarto se adornó desde que se abrió de capa, continuó la racha en la muleta, aprovechando al toro que humilló, fue pronto y repetidor, pero cuando el toro se apagó, Manrique pareció entristecer con el. Antes de la estocada pinchó sin soltar, pero el presidente, el del criterio unívoco, no le quiso conceder la oreja que el público pidió con fuerza. A cambio, saludó una ovación.

Ficha

Manizales, Colombia.- Quinta y última corrida de la feria. Lleno en los tendidos en tarde fresca. Toros de Ernesto Gutiérrez, justos de presentación, nobles y pastueños, manejables y buenos. Todos aplaudidos en el arrastre. El 5o., de nombre “Contratista” indultado. Pesos: 450, 192, 454, 446, 480 y 504 kilos. Pepe Manrique (verde botella y oro): Silencio tras dos avisos y ovación tras petición. Julián López "El Juli" (obispo y oro): Oreja y dos orejas simbólicas indulto. Sebastián Castella (lila y oro): Oreja y oreja.  Incidencias: se despidió de la plaza de Manizales el banderillero local Rodrigo Arias "El Monaguillo". Fue despedido en medio de cerrada ovación de pie, y sacado a hombros por sus colegas. Al final del festejo salieron a hombros El Juli y Castella.


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