Cumple su promesa taurina en Cañadas (fotos)
El ganadero Pablo Moreno y Michelito, en la vuelta triunfal
El presidente municipal de Cañadas de Obregón, Carlos González Padilla, cumplió a la gente de su tierra al haber apoyado a la empresa taurina Casa Toreros, que encabeza Pablo Moreno, para celebrar una corrida que tuvo matices muy interesantes.
Y es que el pasado 2 de febrero, Día de la Candelaria, la fecha tradicional para dar toros en esta pequeña localidad de Los Altos de Jalisco, cayó un fuerte aguacero que impidió la celebración de un festejo donde estaban anunciados Fabián Barba y Pepe Murillo, con toros de San Marcos.
La promesa hecha en campaña por González Padilla, de traer un evento taurino al pueblo, se vio cristalizada el domingo anterior, donde triunfaron el rejoneador Horacio Casas y el novillero Michelito Lagravere, en un festejo muy entretenido donde también tuvieron su protagonismo los Forcados de Juriquilla y los Forcados de Aguascalientes, que hicieron sendas pegas en los toros de rejones.
Asimismo, durante la lidia del toro de rejones, hubo un momento de explosiva emoción cuando saltó a la arena un singular espontáneo que se hace llamar El Zorro, y cuyo "número" consiste en citar al toro de largo y arrancarse a correr hacia él para ejecutar un "salto del tigre", apoyándose en el morillo e impulsándose de cabeza para caer posteriormente de pie, a la manera como cuentan los viejos tratados que hacían las sacerdotisas de la Isla de Creta, hace más de dos mil años.
Comenta la gente de la región que esta no es la primera vez que este espontáneo aparece en los festejos de la zona, y causa tanta admiración su intervención, que hasta ya cuenta con un grupo de seguidores. Obviamente, el rejoneador Casas impidió que la policía se lo llevara al palacio municipal y ahí mismo fue puesto en libertad, ante la expectación del público que jaleó su nombre con fuerza.
Como final de fiesta actuó el niño torero Christian Verdín, de la Academia Taurina Municipal de Guadalajara, que estuvo muy bien con un eralito de la misma ganadería jalisciense.
Y antes de que la gente saliera del coso, se rifó un potrillo cuarto de milla del criadero de "Los Garañones", y la gente salió feliz de este pintoresco coso, carente de callejón, y de ruedo ovalado, que según la cantera labrada que figura en su fachada, su construcción data de 1680 y es, posiblemente, uno de los recintos taurinos más antiguos de América, aunque no existe ningún domcumento oficial alguno donde se pueda constatar este dato.
Al entretenido festejo acudieron siete presidentes municipales de la región, invitados por el alcalde González Padilla, que están deseosos de promover la fiesta de los toros en sus respectivas localidades.
Y es que el pasado 2 de febrero, Día de la Candelaria, la fecha tradicional para dar toros en esta pequeña localidad de Los Altos de Jalisco, cayó un fuerte aguacero que impidió la celebración de un festejo donde estaban anunciados Fabián Barba y Pepe Murillo, con toros de San Marcos.
La promesa hecha en campaña por González Padilla, de traer un evento taurino al pueblo, se vio cristalizada el domingo anterior, donde triunfaron el rejoneador Horacio Casas y el novillero Michelito Lagravere, en un festejo muy entretenido donde también tuvieron su protagonismo los Forcados de Juriquilla y los Forcados de Aguascalientes, que hicieron sendas pegas en los toros de rejones.
Asimismo, durante la lidia del toro de rejones, hubo un momento de explosiva emoción cuando saltó a la arena un singular espontáneo que se hace llamar El Zorro, y cuyo "número" consiste en citar al toro de largo y arrancarse a correr hacia él para ejecutar un "salto del tigre", apoyándose en el morillo e impulsándose de cabeza para caer posteriormente de pie, a la manera como cuentan los viejos tratados que hacían las sacerdotisas de la Isla de Creta, hace más de dos mil años.
Comenta la gente de la región que esta no es la primera vez que este espontáneo aparece en los festejos de la zona, y causa tanta admiración su intervención, que hasta ya cuenta con un grupo de seguidores. Obviamente, el rejoneador Casas impidió que la policía se lo llevara al palacio municipal y ahí mismo fue puesto en libertad, ante la expectación del público que jaleó su nombre con fuerza.
Como final de fiesta actuó el niño torero Christian Verdín, de la Academia Taurina Municipal de Guadalajara, que estuvo muy bien con un eralito de la misma ganadería jalisciense.
Y antes de que la gente saliera del coso, se rifó un potrillo cuarto de milla del criadero de "Los Garañones", y la gente salió feliz de este pintoresco coso, carente de callejón, y de ruedo ovalado, que según la cantera labrada que figura en su fachada, su construcción data de 1680 y es, posiblemente, uno de los recintos taurinos más antiguos de América, aunque no existe ningún domcumento oficial alguno donde se pueda constatar este dato.
Al entretenido festejo acudieron siete presidentes municipales de la región, invitados por el alcalde González Padilla, que están deseosos de promover la fiesta de los toros en sus respectivas localidades.