Por tercera ocasión en su vida taurina, Alfredo Sahagún Michel asumirá como juez de la plaza Nuevo Progreso de Guadalajara, a partir del serial de reapertura que tendrá lugar desde el viernes 31 de enero.
Con la experiencia de haber sido jefe de callejón hacia el final de los años 70, el también ex empresario del coso tapatío, fue juez de plaza por primera ocasión en la década de los 80 y hasta 1993, cuando la empresa lo designó como director operativo, cargo en el que se desempeñó hasta 2017.
Regresó al biombo de la autoridad en el 2020, puesto en el que permaneció en el trienio municipal hasta el 2022. En su tercera etapa, se hará acompañar del matador en retiro Fermín Bernáldez y como segundo asesor por Juan Javier García.
El matador en retiro Carlos Humberto Barbosa será jefe de callejón, auxiliado por el también matador Joel González. Los veterinarios serán Sergio Ramírez de Arellano y Paco Lugo.
"Tengo un grupo muy bonito de gente que nos va a apoyar y que tienen conocimiento de muchos años. Esto puede ser un parteaguas para que sirva a las nuevas generaciones y se den cuenta de que esto es un espectáculo que no debe ser prohibido porque además de que tiene una cultura muy extensa y única, deberá de cuidarse por todo lo que encierra de empleos para la gente".
Sahagún Michel, de 79 años, ha vivido desde niño cercano a la fiesta brava, pues su abuelo era el propietario del Hotel Colonial, cercano al antiguo Progreso, en el que se hospedaban los toreos de la época.
En su etapa de Preparatoria, se unió al grupo taurino de aficionados prácticos La Venta, en el que compartió con grandes amigos como Ismael Fernández, Javier Escobar y Jesús Lemus, padre del actual gobernador del estado.
"Era un grupo de aficionados muy taurino en el que todos toreaban a final de los años 60 y 70. Había muchísimos aficionados prácticos en esa época y así como el nuestro, había otros grupos como La Calesa, de los hermanos Barbosa. Cada semana había eventos, festivales taurinos, desde el antiguo Progreso hasta en las sedes de las agrupaciones y eso me tocó vivirlo muy de cerca y logré torear muchos festivales".
Cuenta que en cierta ocasión le pidieron a los grupos taurinos que eligieran a alguien dentro de la autoridad y ahí en el grupo decidieron que él sería el elegido, comenzando así su labor como miembro del equipo de la Autoridad.
"Ahí empezamos a hacer los pinitos dentro de la Fiesta. Había más preparación taurina, no era como ahora que era tan esporádico, todo mundo conocía bien el reglamento, era una época taurina muy bonita. Poco a poco Guadalajara se fue haciendo de un prestigio bien ganado porque había seriedad en todo y eso hizo que a mí me gustara más estar dentro de ello".
Afición y Prensa de la mano
Gracias a aquellos aficionados recalcitrantes y de reconocido prestigio que había como Paco Baruqui y Nadim Alí, lograron que la plaza se destacara de las del resto del país, presentando encierros con edad y seriedad.
"Ante eso, los ganaderos se dieron cuenta de que valía más el estar presentando bien sus corridas, a estar sufriendo que se las regresaran las autoridades y si no se las regresaban el público con sus silbidos las regresarían".
Alfredo Sahagún no duda en señalar que fue Manolo Martínez el torero más difícil en premiar en sus primeras etapas como juez de plaza.
"Era un torero muy importante, pero tenía un carácter especial que en un momento dado se reflejaba en actitudes que podían ser poco convencionales. Eso no le quita lo gran figura del toreo que fue, pero también hubo otros toreros difíciles de premiar como Manuel Capetillo en su momento".
Sahagún añora aquellas épocas del toreo en que no se necesitaba la presencia de los españoles en los carteles para que la plaza se llenara, al conjuro del propio Capetillo, Jorge "Ranchero" Aguilar, y antes que ellos, Luis Castro "El Soldado", Lorenzo Garza, Silverio Pérez, Fermín Espinosa "Armillita" y en la época de Martínez y Eloy Cavazos otros como Curro Rivera, Antonio Lomelín y
"Yo he podido disfrutar y por eso me he aceptado de nuevo ser juez de plaza. Esto ha sido parte de mi vida y si puedo poner un granito de arena para que todo esto subsista y avance yo estaré siempre puesto para hacerlo".
La posición del Juez
Como juez de plaza habló también de las ocasiones en que los toreros se ven suplicantes desde la arena, creyéndose merecedores de uno o más trofeos.
"Obviamente, están cometiendo una indisciplina que incluso les perjudica de cara al público. Al público tampoco le gusta que te exijan un premio, no es lo correcto. El propio público se voltea en contra del torero para no seguirle la corriente, son cosas que no se deben de hacer, pero es como costumbre, de repente se sienten que deben ser homenajeados con algún trofeo y se olvidan que, el que da los propios trofeos es el público y que antes de los trofeos están la salida al tercio, una o dos vueltas al ruedo y luego la oreja, las dos o las dos y el rabo según sea el caso. No se nos debe olvidar que el público es la suprema voz. Yo siempre he pensado que "vox populi, vox dei", el público es el que te va a decir si tu actuación ha sido correcta o no. El abucheo es personalización de rechazo, pero el silencio es el peor reflejo de la negatividad, es lo más triste".
La visión del espectador
En otras ocasiones, el juez de plaza tiene que aceptar que ha cometido algún error al aceptar durante la semana toros que al momento que salen al ruedo son pitados por la afición, obligándolos en ocasiones a devolverlos a los corrales. Conozcamos su opinión al respecto…
"Es una ambivalencia muy fuerte. Yo ya valoré que sean lidiados. ¿Qué sucede si el público niega y rechaza lo que tu habías admitido? Yo lo encuentro lícito. Siempre he pensado que el error de un juez es absolutamente natural y hasta normal. No por ser juez estas tú decidiendo en forma divina todo lo que acontece en tu alrededor. Te puedes equivocar una y muchísimas veces. Cuando existe una devolución, si es exclusivamente por el fenotipo, por la presencia, si ya lo admitiste deberás comportarte lo suficientemente firme para que sea lidiado, aunque te lleves la silbatina merecida que tienes, pero hay ocasiones en que no es así, si no es la conducta del toro lo que motiva para que sea devuelto".
La falta de figuras
Y sobre el porqué ya no se llena la Nuevo Progreso como antes, Sahagún señaló que es por la falta de figuras.
"Definitivamente, faltan figuras de la talla de Manolo y Eloy y al conjuro de esos nombres, la plaza se llenaba, independientemente de ellos de otros toreros que acompañaban a esas figuras. Otro aspecto es que la afición es golpeada por los "antis" y empieza a hacer mella, pero la falta absoluta de figuras es lo que produce que la gente no haga buenas entradas. Además, el hecho de cerrar los carteles como se cierran ahora también es un problema. Antes era una primera figura y luego un torero que acompañaba y dejaban un puesto para el triunfador de la corrida anterior, no se cerraban los carteles".
En la extensa plática que concedió, Sahagún Michel fue cuestionado acerca del tema ganadero, del refresco de sangre española a las dehesas mexicanas y de su visión como aficionado y juez de plaza que le tocará juzgar el juego de los encierros.
"No hay ninguno que no quiera encontrar el toro perfecto, pero eso es difícil lograrlo y más ahora cuando hay unas exigencias especiales para el toro. El toro tiene que ser bravo y desplazarse, tiene que repetir en forma continua, pero además el recorrido o desplazamiento es lo que le da importancia a las suertes que realizan los toreros. Encontrar ese toro es difícil y luego estamos pasando un momento muy difícil porque no hay corridas de toros. Confío y creo que la sangre brava mexicana sigue estando y que tenemos ganaderías muy importantes. Todas tiene altas y bajas, sufren de un momento crítico y luego se convierten en ganaderías de triunfo, pero si se tendrá que estar muy al pendiente cada criador del juego que puedan dar sus toros. Lo que yo sí creo, independiente del juego de sus toros, es que el ganadero tiene que esforzarse en cumplir cabalmente el reglamento y tienen que dejar que lleguen a los cuatro años cumplidos para ser lidiados los toros".
Alternancia en el biombo
Finalmente, se refirió a la posibilidad de ser un juez con alternancia, pero ese es tema que se deberá reabrir en el reglamento.
"Por ahora voy como único juez, pero si se tocó el tema y está en la mesa el crear que se hagan dos ternas por lo menos. Ahorita mientras la comisión taurina ponga en la mesa la modificación reglamentaria, exigiéndonos y permitiendo que haya dos cuerpos de autoridades que yo creo es lo más sano, se hará. Estamos cerca de que eso se lleve a cabo para que haya alternancia en los palcos de la autoridad".
Así, con casi el mismo roster de toreros jóvenes que van alcanzando la edad madura y que ya conoció en su segunda etapa, Alfredo Sahagún Michel vuelve a la plaza que lo distinguió en épocas anteriores como un recio y estricto juez de plaza.
"Solo espero que me deseen suerte, que Dios me ayude porque también necesitamos estar muy listos para no cometer tonterías y no estamos lejos de cometerlas. Ojalá que no sean mayores y que el público salga satisfecho cada tarde", concluyó.