Qué buena falta le hacía a Fermín Rivera cortar la oreja como lo hizo hoy en su primer toro, "Canta Recio", en su reaparición en la Plaza de toros México, tras aquella tarde aciaga del 20 de febrero de 2022, cuando tras la pandemia, no tuvo suerte con los toros de su lote.
Su actuación de esta tarde, en la segunda corrida de la Feria de Aniversario en el coso capitalino, es realmente una bocanada de oxígeno en su carrera, de ya casi 20 años como matador de toros del espigado diestro potosino, quien venía dispuesto a retomar el rumbo y dejar claro que sigue habiendo Fermín para rato.
El toro que le tocó en suerte en primer turno fue bueno, bravo y con recorrido, como lo mostró desde el primer tercio en los lances de recibo y en varas, donde empujó fuerte a la cabalgadura de Gabriel "El Pollo" Meléndez, quien aguantó la embestida.
En banderillas destacaron también Fernando García y Gustavo Rodríguez, quienes saludaron en el tercio.
Sobrio, como es su estilo, Rivera inicio su faena con mandones doblones de fotografía. En la segunda tanda de derechazos, ya confiado, fue prendido por el muslo derecho, sin consecuencias y se levantó para ejecutar una faena derechista, con clase y limpia en su contenido, que fue abrochada con una serie de manoletinas.
Al entrar a matar sepultó la estocada entera, trasera y tendida, pero bastó para que el toro rodara en la arena y, ante la petición del público, el juez Gilberto Ruiz Torres le concedió la oreja, mientras los despojos del astado eran premiados con palmas en el arrastre.
Su segundo toro hizo cosas de manso a su salida de los chiqueros, barbeando las tablas, pero con gran sentido Rivera lo bregó hasta los medios para encauzarlo en el engaño.
Y otra vez, como en su primero, Fermín se dio a bien torear, con elegancia, por ambas manos, logrando aprovechar las embestidas sin mucha transmisión que le permitió su enemigo, siempre al toque de la voz del potosino. En la suerte suprema pudo haber redondeado la tarde, pero para su mala fortuna se puso pesado con el acero y escuchó un aviso.
El español Alejandro Talavante quien reaparecía en el coso capitalino luego de una larga ausencia, desde el 12 de noviembre de 2016, se le vio con gusto durante la tarde.
"Fandango" el primero de su lote, fue un toro con calidad y recorrido que le permitió dibujar el toreo a la verónica en sentidos lances, mismos que rubricó soltando la punta del capote en un lance pintoresco.
El de Badajoz hizo gala de su estética al instrumentar una labor por naturales, con parsimonia, jaleados por el público que le hicieron sentirse pleno en el ruedo. Por su puesto la variedad en los adornos, las trincherillas y los cambios de mano por la espalda y la ejecución de la arruzina en su muy particular estilo, repercutieron en el ánimo de los espectadores.
Mató de pinchazo y estocada entera y a pesar de la petición de oreja de un sector del público, el juez no hizo caso, por lo que Talavante recorrió el anillo en una aclamada vuelta al ruedo.
A su segundo lo recibió con dos espectaculares faroles de pie en el tercio. Desgraciadamente, el astado fue el lunar del encierro, pues no tuvo tela de donde cortar, por lo que Talavante abrevió y mató de pinchazo y entera caída, no sin antes escuchar un aviso en las alturas.
Leo Valadez enfrentó en primer lugar a "Combativo", cuyo nombre solo fue en el cartel, pues, para la labor dejó mucho qué desear. Tras el puyazo, el torero de Aguascalientes hizo un buen quite por crinolinas y cubrió vistosamente el segundo tercio.
Lamentablemente, para el último tercio el toro vino de más a menos y no hubo ligazón en los voluntariosos muletazos por el pitón izquierdo, mató de media estocada y se retiró en silencio.
El que cerró plaza resultó tardo y deslucido, por lo que pese a la voluntad de Valadez no hubo opción de lucimiento.
El próximo festejo será el domingo 2 de febrero con un cartel conformado por el rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza y los matadores Diego San Román e Isaac Fonseca, quienes lidiarán un encierro de La Estancia.