La última hora de la evolución del matador Jiménez Fortes es muy halagüeña, ya que a menos de 24 horas de haber sufrido la terrorífica cornada ayer en la plaza de Las Ventas de Madrid, su estado de salud es muy bueno y ha dejado el área de Terapia Intensiva donde se encontraba ingresado desde ayer por la tarde.

Jiménez Fortes no ha tenido fiebre y tampoco ha presentado ningún tipo de hemorragia. Los drenes que se le colocaron han permitido drenar la herida, de tal forma que el entorno familiar del torero se encuentra más tranquilo con estas buenas noticias que les ha dado el equipo de médicos encabezados por el doctor Máximo García Padrós.

El malagueño tuvo la suerte de que el pitón del toro de Salvador Domecq no le partiera la yugular (aunque sí contundió la carótida y el esófago), pues de otra manera el percance hubiera tenido consecuencias fatales, tal y como ocurrió al banderillero Campano en la Feria de San Isidro de 1988, y que perdió la vida de una cornada en la misma zona.

Por momentos, el dramatismo de esta escena recordó el que vivió Julio Aparicio el 21 de mayo de 2010, cuando el pitón de un toro de Juan Pedro Domecq la atravesó la parte baja del maxilar y salió por la boca.

En las últimas horas, Jiménez Fortes ha movido con normalidad las piernas y las manos y se le va a practicar un TAC con la finalidad de descartar cualquier otro tipo de lesión. Ha estado lucido y ha podido hablar con algunas de sus personas más allegadas. Asimismo, ha bebido un poco de líquido y eso representa una buena señal de su mejoría de la que mucha gente está pendiente por la conmoción que provocó esta gravísima cornada.