La afición de La Luz tiene como torero de la casa a Diego Silveti, y esta noche volvió a verle triunfar tras cortar una oreja de cada uno de los toros que le tocaron en suerte. Y fue su primero el que tuvo el mejor juego del encierro, ya que, al citarle en la distancia precisa, obedecía los toques con clase. Logró buenos momentos por ambos pitones, aunque en algunos instantes dio la impresión de torearlo a una distancia más corta de la que el toro pedía. Al final de la faena ligó tres dosantinas y un epílogo por bernadinas sin la espada, lo cual, tras una estocada entera, tendida y trasera, y un golpe de descabello, dejó el ambiente a punto para que le fuera solicitada una oreja, que fue concedida y que algún sector de la plaza protestó.

El que cerró plaza, que de salida no se entregó, llegó al último tercio con recorrido aunque sin ese punto necesario de transmisión, y Diego le hizo una faena larga, sacando los muletazos de uno en uno, sobre todo al final y ya cerca de las tablas, cuando incluso le pudo pegar una dosantina. Tras una estocada delantera y caída la gente, volcada con él, pidió la oreja, lo que le valió la salida a hombros.

Pudo haberle acompañado Arturo Macías, que tuvo una actuación arrebatada y que para su mala fortuna no pudo refrendar con la espada. A su primero lo recibió de rodillas con largas cambiadas y zapopinas, para después quitar por saltilleras y gaoneras. En el mismo tenor inició su trasteo de muleta, de hinojos y con arrucina incluida, y ya de pie, aprovechó el recorrido y clase del toro por el lado derecho, ya que por el izquierdo el toro salía distraído. Tras las manoletinas se tiró a matar dejando una estocada trasera y contraria, que no hizo doblar al toro y tuvo que hacer uso del descabello. Fue ovacionado tras escuchar un aviso.

Su segundo tuvo menos prestaciones, aunque Arturo estuvo en el mismo tenor, variado con el capote con largas cambiadas, chicuelinas y un quite por tafalleras, aunque ya en la muleta el de Teófilo Gómez salía suelto y se fue a las tablas, a donde el de Aguascalientes se fue para pegarle pases de todas marcas. Con el público de sol entregado se dio a pinchar y hubo de hacer uso del descabello, esfumando la posibilidad de obtener algún trofeo. Nuevamente escuchó un aviso y fue muy aplaudido.

De igual manera, Morante de la Puebla fue ovacionado en su primero, al que cuajó una interesante faena con mucho tiento. De salida el toro fue distraído, y sólo le permitió esbozar algunos lances de los suyos. Quitó por chicuelinas, y ya en la muleta pudo conseguir por ambos lados pases de muy bella factura y coreados con olés profundos,  sobre todo por el derecho, ya que por el pitón contrario el toro era tardo. Detalles de toreo antiguo al cambiar de terreno por alto al de Teófilo Gómez, para preparar la suerte suprema. Dejó una media un poco caída, y tras un certero golpe de descabello saludó una cariñosa ovación.

El cuarto no se empleó y resultó justo de fuerza, permitiéndole al de La Puebla sólo destellos con el capote. En el último tercio logró una faena de mucho mérito, sacando de uno a uno los pases cuando el toro se agarró al piso y protestaba en los muletazos. Aún a pesar de tales condiciones se le vio a Morante a gusto toda la noche, y saldó su actuación con palmas tras escuchar un aviso. El maestro anda inspirado, y quizá con muchas ganas de cuajar otra gran tarde en la Plaza México el próximo domingo.