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Morante y sus Puertas Grandes en Madrid

Miércoles, 05 Nov 2025    Valencia, Ven.    Víctor Ramírez "Vitico" | Especial   
Nostálgico recuento de las veces que salió a hombros de Las Ventas
Morante de la Puebla logró esta temporada varios hitos que le faltaban a su ya de por sí impresionante trayectoria, entre ellos abrir la Puerta Grande de Las Ventas como matador de toros y cortarle a un mismo toro las dos orejas en esta plaza, para lo que tardó 27 años en conseguirlo desde que confirmó la alternativa, y sin contabilizar la que conquistó en un festival en su etapa como novillero.

Morante se presentó en Madrid el 23 de abril de 1995, vestido de celeste y oro alternando con Javier Clemares y Antonio Pérez "El Renco", con novillos de Jiménez Pasquau. El ejemplar del debut fue "Cerrojero" número 99, negro listón chorreado con 436 kilos y su balance fue de ovación y palmas tras aviso.

El 1 de octubre de 1996 acarició la Puerta Grande en la primera novillada de la feria de otoño. Vestido de grana y oro cuajó una gran tarde con novillos de Carmen Lorenzo y un tercero de Sotillo Gutiérrez, acartelado con Eugenio de Mora, que resultó herido por el cuarto, y Rubén Cano "El Pireo". Esta tarde Morante cortó su primera oreja en Madrid al primero novillo de su lote y la perdió en su segundo por un pinchazo, estocada y descabello, dando la vuelta al ruedo tras aviso.

El 20 de octubre de 1996 se celebró en Madrid un festival homenaje al matador de toros José María Plaza, que tuvo que dejar la profesión por un percance. Ese domingo hicieron el paseíllo Ortega Cano, Joselito Arroyo, Jesulín de Ubrique, Finito de Córdoba, Rivera Ordóñez y el todavía novillero Morante de la Puebla.

Joselito paseó las dos orejas de su novillo, y una cortaron Ortega Cano y Jesulín de Ubrique, respectivamente. Morante, por su parte, cuajó una gran faena a un ejemplar de El Torreón, y tras una buena estocada le concedieron las dos orejas y así obtuvo una salida a hombros en solitario, ya que Joselito decidió salir andando.

Confirmó su alternativa en Las Ventas el 14 de mayo de 1998, vestido de blanco y oro, su padrino fue Julio Aparicio, y el testigo Manuel Díaz "El Cordobés", que le cedió al toro "Hospedero" número 65, negro con 574 de Sepúlveda, siendo su segundo ejemplar del hierro de Cortijoliva. Silencio y palmas tras aviso en ambos fue el primer balance de Morante en Las Ventas como matador de toros.

En su octava corrida en Las Ventas, el jueves 24 de mayo de 2001 cortó su primera oreja al toro "Yegüetisto", número 73, negro bragado con 573 kilos, de Javier Pérez Tabernero, perdiendo una clamorosa puerta grande al fallar con los aceros una gran faena al toro que cerró plaza, de nombre "Divertido", número 39, negro bragado, con 516 kilos.

En esa ocasión tarde alternó con Curro Vázquez y Vicente Barrera, y sería la primera de muchas en las que acarició esa ansiada salida a hombros hacia la calle de Alcalá que, una y otra vez, se vio frustrada por sus fallos a espadas, inclusive en la encerrona que toreó el 6 de junio de 2007.

Y el día cumbre llegó el domingo 8 de junio de 2005 en la corrida de La Beneficencia. Vestido de azul noche y azabache, Morante cortaba la oreja de sendos toros: "Sacristán" número 116, colorado y ojo de perdiz, con 605 kilos, y "Lírico", número 139, negro listón de 582 kilos, ambos de Juan Pedro Domecq.

Pero dice el conocido refrán que lo bueno siempre se hace esperar hasta el final, y se hizo realidad para Morante con una salida a hombros entrañable y apasionada, extraordinaria, que ya quedará en el imaginario colectivo de la afición mundial. Sin embargo, aún faltaba otro hecho que ya es mítico: la corrida del 12 de octubre de este año 2025, vestido de lila y oro, como el maestro Antoñete, a quien se rindió un sentido homenaje póstumo, y cuyo espíritu estuvo presente en toda la jornada.

Morante paseó las dos orejas del toro "Tripulante", número 102, colorado y ojo de perdiz, con 554 kilos, de Garcigrande, y minutos más tarde, en los medios del redondel, sorprendía a todos con ese inesperado desprendimiento de coleta, que le provocó una profunda tristeza que derivó en llanto.

Terminó siendo en otro mes de octubre, 29 años después de aquella primera Puerta Grande en Madrid, cuando Morante cerró el círculo con una nueva salida a hombros de Las Ventas, en medio de una crispación colectiva, tremenda y emocionante, que ahí quedará para los restos, la de uno de los mejores toreros de la historia reciente del toreo que ya ha pasado al terreno de la leyenda.


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