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Tauromaquia: Brilla JT en medio del Mundial

Lunes, 02 Jul 2018    Puebla, Pue.    Horacio Reiba | La Jornada de Oriente   
"...soñar y saborear nuevamente el dormido ritmo..."

"José Tomás pinta como Tiziano / levita como dios, saca de quicio / se venga del bochorno del verano / prende un horno sin fuegos de artificio…".  Así empieza uno de los hermosos sonetos dedicados al espada de Galapagar por Joaquín Sabina.

Y tal como está descrito ocurrió el viernes 29 frente al Peñón de Gibraltar, en Algeciras, que hizo de su feria el ombligo del mundo táurico al anunciar una de las espaciadas reapariciones de Tomás en mano a mano con Miguel Ángel Perera y toros –tres y tres– de Jandilla y Núñez del Cuvillo, ganadería a la que pertenecía "Libélula", el cuarto, indultado por aclamación popular tras una faena en que Perera llevó a su máxima expresión el toreo ojedista de los ochenta, ligando en los medios toda suerte de pases sin ayuda de la espada y sin perder un ápice de terreno, absolutamente inmóviles las zapatillas mientras hacía un toreo de brazos y el docilísimo ejemplar libraba inverosímilmente los muslos del torero, que luego de larguísima faena recibiría las orejas y el rabo simbólicos.

De lo hecho por José Tomás no es posible saber otra cosa que lo dictado por el asombro a los cronistas que acudieron a la esperada cita. Para "Barquerito", se presenciaron "Dos faenas bellísimas del torero de Galapagar, exquisito con el capote, y tarde desatada de Miguel Ángel Perera, que provoca el indulto de un nobilísimo toro de Jandilla. Gran espectáculo". (Colpisa.com, 29 de junio de 2018).

Un repaso a los titulares de otros cronistas presentes en la corrida confirma el juicio del exultante “Barquerito”: para Zabala de la Serna (El Mundo.es) "Un inmenso Perera se cruza en el soberbio regreso de José Tomás". Patricia Navarro (La Razón) cabecea que "Perera se encumbra ante la plenitud de José Tomás", exaltado éste último por Rosario Pérez (ABC) como "la verdad al ralentí… en el día mayúsculo de Perera", mientras Sixto Naranjo (COPE) lo confirma todo en estos términos: "La lentitud de José Tomás y el mando arrollador de Perera" y Maurice Berho (Mundotoro) se centra en el reaparecido: "En estado puro, José Tomás desorejó al notable Cuvillo de su retorno a los ruedos".

Imposibilitado de emitir juicio alguno –que no de registrar la efeméride a través de los testigos mencionados–, apunto que sus encabezados, así como las crónicas laudatorias que por razones de espacio no incluyo, me han permitido soñar y saborear nuevamente el dormido ritmo de la inolvidable faena de JT a "Brigadista", de Jaral de Peñas, el 12 de diciembre último, en la México. Por algo, cada paso que da el de Galapagar en una plaza de toros causa, con gran anticipación y durante el suceso mismo, conmociones desconocidas.

Irrupción futbolera

Radicalmente distintos pero no incompatibles, toros y futbol se miran de reojo a través, sobre todo, de aficionados taurinos molestos, muchos de ellos, con el desmesurado protagonismo que cobra el balompié en épocas mundialistas. Lamento coincidir poco con tan decantada ojeriza y su inevitable activación de cada cuatro años, porque creo que cada rito-espectáculo –que eso son ambos– tiene su propio lugar, y que si el del toreo es mucho más reducido, eso no debería restarle importancia: las esencias más caras se guardan mejor en frascos diminutos… a condición de que sean auténticas y no apócrifas, como lo son el toreo sin toro, las figuras afectas a los vetos y la publicrónica sin ética.

En realidad, la supuesta enemistad toros-futbol enmascara una convivencia tan antigua como normal, según demuestran de manera evidente el par de fotografías que ahora pongo a la consideración del lector. Sobre la autoridad de Joselito El Gallo e Ignacio Sánchez Mejías por un lado, y de Carlos Arruza y Silverio Pérez, por otro, no creo que tenga nada que objetar el aficionado de pro.

Dos fotos reveladoras

En la primera, el escenario es nada menos que el ruedo mismo de la Real Maestranza sevillana ¿Profanado por un balón de futbol? Con custodios tan distinguidos del sacrosanto albero, ni pensarlo. Aquí tiene usted, dispuestos a emprender un partido de amigos, nada menos que a José Gómez Ortega "Gallito" y su cuadrilla, que incluye, segundo desde la izquierda, a su cuñado Ignacio Sánchez Mejías. Joselito, segundo desde la derecha, a poco de esto sería mortalmente herido por "Bailaor" en Talavera de la Reina (16-05-20) una tarde en que alternaba mano a mano con Sánchez Mejías, víctima a su vez de "Granadino" de Ayala en Manzanares (11-08-34) para protagonizar, debido a su trágico fin, la obra poética de carácter elegíaco más celebrada de la moderna literatura en castellano, debida al genio de Federico García Lorca.   

La segunda foto muestra a otras dos grandes figuras del toreo, el texcocano Silverio Pérez y el capitalino Carlos Arruza, al lado de un histórico del futbol español como Isidro Lángara (uniforme a rayas), avecindado en nuestro país hacia la segunda mitad de la década del 40, tiempo al que corresponde la placa. Arruza, de pie, segundo desde la izquierda al lado de Lángara, y Silverio en cuclillas, en una clásica escena previa al partido. Están también dos jugadores anónimos y todos visten de futbolistas, lo que no ocurría con Gallito y Mejías –en ropa y calzado de calle, Ignacio con el pantalón arremangado–, seguramente porque en los años 10 del siglo XX no era sencillo conseguir equipamiento especializado. No sabemos qué tan buenos serían con el balón José y su famosa cuadrilla, pero sí que tanto a Carlos como a Silverio se les daba más que bien el deporte de las patadas.

De modo, aficionados, que nos toca disfrutar de lo que en el mundial y en nuestra Fiesta se tercie, sin rencillas estériles y con un ojo al gato y otro al maragato.


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