altoromexico.com

Anecdotario de Giraldés: Una osadía

Viernes, 03 Mar 2017    Tijuana, B.C.    Valeriano Salceda   
...se le ocurrió invitar a banderillear a… ¡Manolete!, un hecho que...
Juan Bienvenida, el menor de los hijos de El Papa Negro, actuó en la Monumental de Tijuana durante la temporada de 1963, y en una entrevista que hicimos para la estación piloto de Radio Cadena de Baja California, no sólo habló sobre sus éxitos, sino también de los malos momentos que suelen presentarse y que también forman parte en la existencia de los toreros.

"¿Te acuerdas de alguna bronca?" Ante esa pregunta, Juan recordó que todos los años, a final de la temporada, se celebrada un festival de mucha categoría en Arganda, en el que siempre participaban figuras del toreo. La familia Bienvenida no olvidaba que en 1933, en la Corrida de Beneficencia de Madrid, Manolo Bienvenida, el mayor de los hermanos, había sufrido una cornada tremenda en el vientre.

"Lo de mi hermano", recordaba Juan, "fue algo gravísimo… se salvó por un verdadero milagro. Mi padre, al saber que los ancianos del asilo de Arganda habían ofrecido, si Manolo se salvaba, no comer ningún postre durante todo ese año, decidió intervenir en la organización del festival a beneficio de dicho asilo”.

El festival se anunciaba al final de cada temporada española y actuaban los hermanos Bienvenida que estaban en activo. Y un año, con la idea de que el festival tuviera la máxima categoría, El Papa Negro invitó a torear nada menos que a Manolete.

"Ya te imaginarás", decía Juan, "se despertó una gran expectación. El festival resultó un éxito rotundo… Manolete estuvo enorme, sublime".

En el último novillo de la tarde, a Juan Bienvenida, que entonces tenía 16 años y estaba en su etapa de becerrista, se le ocurrió invitar a banderillear a… ¡Manolete!, un hecho que generó una gran molestia en El Papa Negro por tratarse de una osadía del menor de sus hijos, e intentó quitarle a Manolete las banderillas de las manos, pero fue inútil.

El Monstruo de Córdoba se colocó en los medios de la pintoresca placita, cuarteó por el lado izquierdo, le ganó bien la cara al novillo y puso un gran par.

Juan Bienvenida, al clavar el siguiente par, no hizo bien la suerte y su padre le echó una bronca tremenda. Reprimiéndolo, le dijo: "Fíjate la barbaridad que has hecho, ¿cómo te has atrevido? Manolete nunca en su vida ha puesto un par de banderillas y acabó contigo, que tú sí banderilleas todos los días”.

La bronca no terminó al término del festival… Juan Bienvenida recordaba en aquella entrevista, que durante los quince o veinte días siguientes, en cuanto su padre lo veía, le insistía en el mismo tema: "Tú banderilleas todos los días y Manolete nunca había puesto un par en su vida. Acabó contigo. Así que fíjate la clase de torero que es".

Juan nunca olvidaría aquella lección nunca en su vida, ni tampoco la osadía de haber invitado a Manolete a coger los palos.


Comparte la noticia