El rey de España, Juan Carlos I, presidió ayer como jefe del estado su última Corrida de Beneficencia en Madrid, luego de haber anunciado la abdicación de la corona en favor de su hijo el príncipe Felipe de Borbón, y su presencia en Las Ventas causó un gran revuelo.

Nada más aparecer en el palco real, el monarca recibió una larga y emotiva ovación de la afición madrileña, que a lo largo de su mandato siempre se mostró como un gran aficionado, pues durante décadas se le vio acudir a los toros en distintos escenarios como Madrid, Sevilla o Aranjuez, muchas de ellas en compañía de su madre, María de las Mercedes, infanta de España, que le inculcó el amor por la Fiesta.

Y no sólo lo ha hecho de manera oficial -como el día de ayer-, sino como un simple aficionado que ha presenciado corridas en localidades de barrera de sombra.

Al tocar a muerte en el primer toro de la tarde, Julián López "El Juli" le hizo un brindis sencillo pero cargado de gratitud en el que le dijo: "majestad, va por usted, por ayer, hoy y siempre, y por la gran dignificación que ha hecho por la Fiesta con su presencia".

Asimismo, Alejandro Talavante, se dirigió al rey de una manera lacónica en el segundo brindis de la tarde, mientras que Iván Fandiño desaprovechó la oportunidad de haber brindado el último toro al rey (el quinto, segundo de su lote, al que cortó una valiosa oreja) a manera de sencillo reconocimiento -por demás protocolario y respetuoso- a una figura tan emblemática de la historia reciente de España.

El video que acompaña esta información se aprecia la fuerte ovación del público y la breve recepción del rey a los toreros en el salón que antecede al palco real, donde les entregó un reconocimiento (una pequeña cabeza de toro en bronce) y se dio el gusto de sonreír a las cámaras y gastar alguno que otro chascarrillo tan habitual en su forma de ser.