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Plazas artesanales: Las joyas del sureste (y II)

Jueves, 23 May 2024    CDMX    Jorge Raúl Nacif | Infografía: LM   
Una expresión cultural en la que todo gira alrededor del toro
Las asociaciones de palqueros recurren a gestores taurinos para poder montar las corridas “de postín”. De acuerdo con el matador tlaxcalteca Angelino de Arriaga –uno de los toreros del centro del país que tiene mayor cartel en el sureste– algunos de los organizadores más destacados son Rubén Ortega, Lázaro Rosas, Paco Rocha, y los ya citados en este texto, en el capítulo anterior, Michel Lagravere y Adrián Flores. 

"Los palqueros van cotizando y se reúnen durante todo el año, pues tienen su junta directiva. Ellos toman contacto con nosotros para que les organicemos las corridas. Entonces nos entregan el dinero y, de acuerdo con las cantidades, hacemos los carteles junto con ellos. Las corridas de postín son en las que tomamos parte. En ocasiones las presidencias municipales ayudan con la compra de un toro o contratar a algún torero”, explicó Michel Lagravere.

Adrián Flores profundizo en este asunto: "Nosotros nos somos propiamente empresarios, sino contratistas, intermediarios o asesores, y cobramos por hacer este trabajo. Los palqueros, que están muy bien organizados, van aportando un dinerito en cada una de sus juntas. Dos o tres meses antes de la feria, se sientan a organizar ya los festejos y ahí es donde entramos nosotros, que vamos a las reuniones a presentar nuestra propuesta".

Para estas corridas “de postín” se llevan cuadrillas de la Unión Mexicana o del CATEM y, además de matadores yucatecos, se contratan a toreros del centro del país, con sueldos, comparte Flores, que pueden ir entre los 15 mil y 200 mil pesos para un matador, aunque hablar de dinero es muy complicado.

En ocasiones, las asociaciones de palqueros no quieren invertir en la feria y la "rematan", que es el término utilizado. Flores comenta que esto significa que la ofrecen a un particular y se la lleva el mejor postor. La empresa debe ofrecerle tres o cuatro boletos a cada palquero, para su familia, y luego negociar con las presidencias municipales para la venta de cerveza, por ejemplo, y ya después organizarán los festejos en las modalidades que quiera.

Un ambiente inigualable

Las plazas artesanales siempre están llenas y rebozan huipiles y guayaberas. Aunque no es del todo conocedor de los cánones taurinos, el público siempre está dispuesto a pasarlo bien, siempre y cuando los toreros se entreguen. Para Michel Lagravere, "la afición es muy noble y muy sana".

"Es un ambiente muy bonito y cada pueblo de por acá tiene sus fiestas patronales. Cuando la corrida es a beneficio de la parroquia, se pasean por el ruedo las imágenes. Soy aficionada, pero no tengo la fortuna de tener un palco; para entrar te cobran entre 50 y 250 pesos, según el tipo de festejo del que se trate. Pero quizá lo más significativo es que aquí todas estas fiestas se realizan con la lidia de toros como parte central de la celebración", compartió la aficionada Alicia Tapia. 

También para los toreros se vive un ambiente muy especial y diferente, mismo que representa un reto para su profesión.

"Quizá hay compañeros que no ven bien ir a torear allá y no les gusta, pero es parte de nuestra fiesta y es una tradición ancestral. La primera vez que actué fue de novillero y, ya como matador, debuté en Holpechén en 2013. Estoy muy agradecido con estas plazas, porque profesionalmente me han dado mucho y tengo muy buen cartel por aquellas tierras. El sureste me ha dado de comer… y de torear, y además la Fiesta se mantiene vigente también gracias a tradiciones como ésta. Me da gusto saber que cada vez se pone una mayor atención a lo que sucede en el sureste del país", externó el matador Angelino de Arriaga

En cuanto al ganado, comentó el torero tlaxcalteca que muchas vacadas seleccionan los toros de mejores notas para cosos de ferias de primera y, lo que sobra, lo van vendiendo a localidades pequeñas. Por ello, en el sureste ha lidiado toros de casi 600 kilos y más de cinco años, así que también se forja el carácter y se adquiere sitio.

Por su parte, el matador yucateco Ángel Lizama "El Papo" comentó: "Ejerzo mi vocación con gran profesionalismo y siempre intento agradar. Aunque la gente está más en su fiesta, es una experiencia muy bonita y gracias a Dios he tenido suerte. Las personas son cálidas y te hacen sentir en casa. Hacer bien las cosas también nos motiva para ser tomados en cuenta en el centro del país".

La ausencia de servicio médico

Entre los temas a revisar, en la mayoría de las plazas artesanales no hay servicios médicos. "Uno de los contras es la medicina taurina, pues te pegan una cornada y en las plazas no hay ni un curita; por fortuna nunca he tenido percances, pero es un tema que me preocupa el que no haya servicio médico", dijo De Arriaga.

Por su parte, Adrián Flores compartió que "n muy pocas ferias llevan un servicio médico, si no es que en ninguna, así que este es un aspecto muy importante en el que se tiene que poner atención y trabajar para resolverlo, por el bien de los toreros".

Juan Álvarez, finalmente, compartió que la naturaleza de los festejos en Mérida, Motul y Valladolid, se ajusta al estilo del resto del país. Tomando en cuenta todos los tipos de espectáculos, en el sureste mexicano hay más de dos mil festejos taurinos al año. "Tal es el fenómeno que ha sido objeto de un estudio de entidades de gran trascendencia, por parte del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. Estamos hablando de una tradición de muchos siglos y de cultura viva".


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