Pablo Hermoso de Mendoza y El Zapata cortaron dos orejas cada uno esta tarde en Apizaco y salieron en hombros, mientras que Angelino de Arriaga paseó un trofeo y el niño Sebastián Palomo mostró detalles.

Ya en la recta final de su actual temporada mexicana, el rejoneador navarro a su paso por esta población dejó constancia de su capacidad toreando a la grupa sobre "Dalí", para colocar al toro y clavar los rejones; con Marqués realizó quiebros midiendo las embestidas
 
Sin embargo, lo que más emocionó fue cuando sobre "Tiziano", se dejó llegar muy cerca al bravo toro de Rancho Seco burlando las acometidas; clavó un par a dos manos de poca repercución y al deshacerse del burel en el segundo viaje, recibió una oreja que tiró ante las protestas.
 
A su segundo que tuvo menos fuelle solo le clavó un rejón, toreó pausadamente con "Silveti" y cuando montaba a "Caviar", éste resbaló en la cara del toro quedando el jinete prensado contra el piso por la cabalgadura; fueron momentos angustiosos que por fortuna terminaron sin daños.

Tras el percance dejó banderillas cortas dispersas, a pesar de ello el público reconoció su esfuerzo y solicitó un apéndice que le entregaron tras matar al primer intento.
 
Muy seguro se mostró El Zapata actuando ante su público; sus triunfos recientes han contribuído sin duda; Con su primero realizó una faena que tuvo poca trasmisión durante los dos primeros tercios, sin embargo fue en aumento hasta alcanzar muletazos que calaron fuerte, y al matar de magnífica estocada fue premiado con dos apéndices.
 
Uriel quería más, así que a su segundo lo lanceó suavemente antes de adornarlo; clavó dos pares monumentales, el primero en los medios y el otro en tablas que alborotaron a los espectadores; se nota que rápidamente ha ido perfeccionando esta suerte, prueba de ello es que ya la ha realizado varias veces.

Con la muleta, un imposible marcó el comienzo del trasteo que no prosperó, entre el viento y las medias embestidas con las que terminó este burel; contra su costumbre pinchó hasta en tres ocasiones recibiendo palmas.
 
Nos da la impresión que el novillero Angelino de Arriaga aún no está totalmente recuperado; poco lucimiento tuvo con la capa en su primero al que banderilleó con deseos; la faena se desarrolló entre fuertes ráfagas faltándo por lo mismo ligazón, por momentos engarzó ayudados y adornos de calidad que no fueron suficientes, luego pinchó reiteradamente retirándose en silencio.
 
Al que cerró plaza lo recibió con cadenciosas verónicas y banderilleó en compañía de su hermano Gerardo; el novillo duró poco permitiéndole únicamente mostrar destellos de clase, al despacharlo con una estocada magnífica la autoridad le concedió un apéndice.
 
Antes del festejo actuó el becerrista Sebastián Palomo ante un buen eral de García Méndez; en esos momentos el viento sopló molestando al chaval que se estiró por el lado derecho, recibió muestras de apoyo por parte del público que lo ovacionó en el tercio.