Ofrecemos a continuación un recorrido por algunos medios de comunicación en España para revisar los puntos de vista sobre la actuación del novillero hidrocálido Javier Castro, que ayer domingo debutó en Las Ventas de Madrid y tuvo una tarde esforzada ante un lote complicado.
El Mundo (Gonzalo I. Bienvenida)
"Se presentaba en Madrid el mexicano Javier Castro. Mostró buen trazo y muy buena actitud. En el que abrió la tarde lo intentó todo sin éxito. El novillo, inválido, nunca se debió mantener. Perdió las manos en repetidas ocasiones. El presidente lo aguanto más por cabezonería que por necesidad.
"El pulso con los aficionados más exigente se resolvió con desalojo policial de los dos espectadores del 4 que la estaban liando. Resbalón presidencial para ser el primer novillo y además llevar razón.
"El cuarto llevaba el nombre de Actor, todo un pavo que descompensó la novillada. Castro, con alegría capotera, dejó para el recuerdo varias revoleras y un ramillete de verónicas rematadas por una elegante media.
"Lo picó con acierto Manuel José Bernal. Después se vino abajo el de Montecillo y el mexicano buscó la colocación, ya sin opciones. Pese a su lote desigual resultó interesante su presentación"
La Razón (Ismael del Prado)
"Años de espera para pechar con un lote imposible. Se presentó en Madrid el azteca Javier Castro con un novillo que barbeó mucho de salida. Aquerenciado. No tuvo un ápice de fuerza y fue muy protestado. En el límite de la invalidez. Lo intentó el mexicano, asentado y con buena colocación, pero delante tuvo un marmolillo.
"Parado y sin fuerzas, se vino cada vez a menos. Lo mejor, su quite por navarras, desempolvadas del olvido y rematadas con un buen farol. El serio cuarto, que brindó a su paisano Joselito Adame, fue un mulo sin opciones, que soltó siempre la cara por las nubes. Desrazado y parado, Castro puso tesón y oficio para cumplir el trámite, porque el lucimiento era una utopía. Inédito".
Aplausos (Íñigo Crespo)
"Abrió plaza un primer novillo de El Montecillo muy noble pero de escasa fuerza. El mexicano Javier Castro, que se presentaba en Madrid, cumplió en una labor sin brillo rematada de una estocada.
"Deslucido, sin clase ni entrega resultó el cuarto que se movió siempre con la cara alta. Javier Castro compuso una faena de mucho tesón en la que muleteó al animal por las dos manos. Aseada labor rubricada de una estocada".