La cara y la cruz del toreo
Jueves, 14 May 2015
Madrid, España
Juan Antonio de Labra | Foto: David González | las-ventas.com
Fortes pasó una oreja y después sufrió una cornada en el cuello
El fantasma de la tarde del año anterior, cuando cayeron heridos los tres espadas del cartel y fue suspendida la corrida a la muerte del tercer toro, volvió a rondar el tendido de Las Ventas. Y la tragedia se hizo presente durante la lidia del sexto, cuando Jiménez Fortes, que ya tenía entreabierta la puerta grande tras haber cortado una oreja, fue herido trágicamente en el cuello por el sexto toro de la tarde.
El fuerte viento que marcó el festejo, sumado al acaballado y manso juego de los toros de Salvador Domecq, se apoderó de las circunstancias –casi siempre adversas– en una plaza donde se ha llegado a una enorme desproporción de lo que debe ser el trapío. Porque toros como éstos ya no parecen de lidia y tampoco sirven para el toreo.
Y casi a las primeras de cambio en su última faena, Jiménez Fortes fue descubierto por el viento y "Droguero" se lo echó a los lomos y luego le infirió una espeluznante cornada en el cuello que pudo haber tenido consecuencias fatales.
Las asistencias se llevaron a la enfermería el cuerpo desmadejado de Saúl, que iba sangrando de manera alarmante, y en el ambiente se quedó una congoja colectiva cuando Uceda Leal salió a darle muerte al toro, lo que consiguió al segundo viaje con una gran entereza y profesionalismo.
En su primera faena, la que le valió el corte de una oreja de peso, toreó con mucho aplomo a un toro que tuvo más transmisión, corrido en tercer lugar. Y fue la mejor declaración de intenciones de Jiménez Fortes en una actuación muy firme que le deja bien posicionado como uno de los toreros más atractivos de las nuevas generaciones.
Porque no se dejó ningún quite en el tintero, y tampoco estar valiente y decidido a pesar de los frecuentes embates del viento que sorteó con una absoluta reciedumbre. Las ajustadísimas bernardinas que antecedieron a una estocada defectuosa pero eficaz, le granjearon el triunfo que lo puso en el ánimo de la gente.
También Diego Silveti estuvo a punto de irse para adentro, pues los dos toros de su lote –el más cargado de kilos y genio de los tres que se sortearon hoy– le exigió mucho al mexicano, al que se notaba que hizo un gran esfuerzo por estar aquí, no obstante que no se encontraba completamente recuperado de la molesta e inoportuna cornada sufrida en Aguascalientes.
Ante el quinto pudo sacar mejor su carácter desde que le dio réplica a Jiménez Fortes con unas gaoneras con el compás abierto, y luego le plantó cara para darle muletazos meritorios en los que tuvo que tragarle.
Con el afán de resarcirse de un tarde en la que no había pasado nada, se tiró a matar dando el pecho, enfrontilándose, y fue trompicado peligrosamente en dos ocasiones, una de ellas de la que resultó con un fuerte golpe en el pecho a consecuencia del cual cayó a la arena una medalla –al parecer de la Virgen de Guadalupe– como producto del encontronazo con el toracón de Salvador Domecq.
Y mientras los dos espadas más jóvenes del cartel se pelearon con sus toros, el veterano Uceda Leal poco pudo hacer con el que abrió plaza, en medio de un incómodo vendaval que lo descubrió en varios de los muletazos. En el cuarto compuso una faena de mejor acabado con un toro deslucido que tendía a puntear el engaño, y lo malo fue que no anduvo fino con la espada.
Al final de la corrida el comentario de los profesionales era el mismo: así no se puede triunfar; vamos, a veces ni siquiera torear, cuando por los toriles no sale el auténtico toro de lidia, sino un feo mastodonte, que además carece de bravura. A este extremo ha llegado Madrid.
Ficha Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Séptimo festejo de la Feria de San Isidro. Tres cuartos de entrada en tarde de calor bochornoso, con intensas ráfagas de viento. Seis toros de Salvador Domecq y uno de Fidel San Román (1o.), mal presentados, por bastos y pesados, descastados en su conjunto. Pesos. 510, 590, 533, 580, 590 y 640 kilos. Uceda Leal (ciruela y oro): Silencio y pitos tras aviso. Diego Silveti (azul noche y oro): Silencio en su lote. Jiménez Fortes (verde olivo y oro): Oreja tras aviso y herido. Jiménez Fortes fue atendido en la enfermería de la plaza de una cornada en el cuello. El parte, firmado por el doctor Máxico García Padrós, es el siguiente: "Dos heridas por asta de toro, una en región cervical derecha con trayectoria ascendente y hacia dentro de 15 cm. que bordea la glándula tiroide y esófago, que contusiona la vena yugular y la arteria carótida y llega a la fascia prevertebral, y la otra en región submandibular izquierda de 10 centímetros que bordea parótida y lesiona músculo esternocleidomastoideo. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros pasando a la clínica San Francisco de Asís a cargo de la Fraternidad. Pronóstico: Muy grave".
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