La de Guanamé, muy dura de pelar (video)
El Payo cortó la única oreja de la noche
La terna de matadores que actuó esta noche en la Corrida de Las Luces de Huamantla, se vio obligada a echar mano de todos los recursos posibles para solventar la dura papeleta que supuso lidiar un encierro de Guanamé que sacó muchas complicaciones, lo que dio al traste con la ilusión de un público que esperaba más de un festejo que se ha convertido en un ícono del calendario taurino mexicano.
La labor más sólida corrió a cargo de El Payo, que cortó la única oreja concedida en la noche, precisamente al toro de Coyotepec, un sobrero lidiado en quinto lugar, que sin terminar de humillar en la muleta del queretano, por lo menos pasaba sin buscar revolverse sobre las manos para alcanzar las zapatillas del torero, un comportamiento que sí tuvieron todos los toros de la ganadería potosina de Guanamé, que fueron infumables.
A base de esfuerzo y oficio, además de claridad de ideas, Octavio estructuró una faena aseada, con varias series de buen acabado que rubricó de una estocad entera en la que se entregó para que le concedieran el trofeo, que vino a paliar, en escasa medida, el despliegue realizado durante una corrida que se puso cuesta arriba desde el comienzo.
Los detalles más artísticos también corrieron a cargo de El Payo cuando toreó a la verónica, pues ha afinado mucho esta suerte, quizá con aquellos consejos tan valiosos que en su día le dio el artista que es El Capi Ramirez, en la época en que fue su apoderado.
También se le notó más expresivo al torear con la muleta en la mano derecha al segundo toro de la noche, un ejemplar al que obligó a embestir con arrojo en una faena de menos a más que remató de una estocada tendida. Aunque hubo escasa petición de oreja, segundos después lo llamaron al tercio para tributarle una cariñosa ovación.
Sergio Flores no pudo dar continuidad al triunfo que conquistó el año anterior en esta plaza, debido a que le tocaron en suerte dos toros complicados, que embistieron de manera indefinida y muy cambiante, y sólo en contados pasajes consiguió el acoplamiento.
Destacó en un par de series de naturales con temple al tercero, un toro de escaso trapío que no terminó de entregarse, no obstante que Sergio le buscó las vueltas en el terreno de los medios, donde sufrió una voltereta. A la hora de matar colocó una estocada certera, al segundo viaje, y saludó una ovación en el tercio.
Alentado por su gente, quiso remontar en el sexto, un toro que dio la impresión que iba a embestir por derecho pero fue sólo un espejismo. Al final abrevió con la amargura de no haber podido dejar una impronta de triunfador, sobre todo ahora que tiene por delante varias corridas importantes en puerta.
Eduardo Gallo lidió el lote más disparejo de la corrida, compuesto por un primer ejemplar que fue protestado por su falta de trapío, y el más hecho, corrido en cuarto lugar. En ambos casos, el torero salmantino no lo tuvo fácil, e inclusive el que abrió plaza le dio una fuerte voltereta ya cuando había desarrollado genio.
El salmantino tuvo los arrestos de levantarse y continuar la faena con el mismo valor. Sólo un par de tandas por el pitón derecho a este remiso y complicadísimo ejemplar fue el escaso balance de una actuación aciaga durante su debut en la plaza "La Taurina" de Huamantla, que el día de hoy no retribuyó la expectación que una corrida de esta trascendencia genera en la gente, y más aún tratándose de un festejo que ya forma parte del patrimonio cultural inmaterial del estado de Tlaxcala.
La labor más sólida corrió a cargo de El Payo, que cortó la única oreja concedida en la noche, precisamente al toro de Coyotepec, un sobrero lidiado en quinto lugar, que sin terminar de humillar en la muleta del queretano, por lo menos pasaba sin buscar revolverse sobre las manos para alcanzar las zapatillas del torero, un comportamiento que sí tuvieron todos los toros de la ganadería potosina de Guanamé, que fueron infumables.
A base de esfuerzo y oficio, además de claridad de ideas, Octavio estructuró una faena aseada, con varias series de buen acabado que rubricó de una estocad entera en la que se entregó para que le concedieran el trofeo, que vino a paliar, en escasa medida, el despliegue realizado durante una corrida que se puso cuesta arriba desde el comienzo.
Los detalles más artísticos también corrieron a cargo de El Payo cuando toreó a la verónica, pues ha afinado mucho esta suerte, quizá con aquellos consejos tan valiosos que en su día le dio el artista que es El Capi Ramirez, en la época en que fue su apoderado.
También se le notó más expresivo al torear con la muleta en la mano derecha al segundo toro de la noche, un ejemplar al que obligó a embestir con arrojo en una faena de menos a más que remató de una estocada tendida. Aunque hubo escasa petición de oreja, segundos después lo llamaron al tercio para tributarle una cariñosa ovación.
Sergio Flores no pudo dar continuidad al triunfo que conquistó el año anterior en esta plaza, debido a que le tocaron en suerte dos toros complicados, que embistieron de manera indefinida y muy cambiante, y sólo en contados pasajes consiguió el acoplamiento.
Destacó en un par de series de naturales con temple al tercero, un toro de escaso trapío que no terminó de entregarse, no obstante que Sergio le buscó las vueltas en el terreno de los medios, donde sufrió una voltereta. A la hora de matar colocó una estocada certera, al segundo viaje, y saludó una ovación en el tercio.
Alentado por su gente, quiso remontar en el sexto, un toro que dio la impresión que iba a embestir por derecho pero fue sólo un espejismo. Al final abrevió con la amargura de no haber podido dejar una impronta de triunfador, sobre todo ahora que tiene por delante varias corridas importantes en puerta.
Eduardo Gallo lidió el lote más disparejo de la corrida, compuesto por un primer ejemplar que fue protestado por su falta de trapío, y el más hecho, corrido en cuarto lugar. En ambos casos, el torero salmantino no lo tuvo fácil, e inclusive el que abrió plaza le dio una fuerte voltereta ya cuando había desarrollado genio.
El salmantino tuvo los arrestos de levantarse y continuar la faena con el mismo valor. Sólo un par de tandas por el pitón derecho a este remiso y complicadísimo ejemplar fue el escaso balance de una actuación aciaga durante su debut en la plaza "La Taurina" de Huamantla, que el día de hoy no retribuyó la expectación que una corrida de esta trascendencia genera en la gente, y más aún tratándose de un festejo que ya forma parte del patrimonio cultural inmaterial del estado de Tlaxcala.
Ficha
Huamantla, Tlax.- Plaza "La Taurina". Corrida de Las Luces. Dos tercios de entrada en noche fresca. Cinco toros de Guanamé, desiguales en presentación, 1o. y 3o. protestados por chicos, que desarrollaron genio y fueron muy complicados. Y uno de Coyotepec (5o.), manejable. Pesos: 430, 470, 430, 535, 480 y 500 kilos. Eduardo Gallo (tabaco y oro): Palmas y silencio. Octavio García "El Payo" (grana y oro): Ovación y oreja. Sergio Flores (nazareno y oro): Ovación y palmas. Incidencias: Sobresalió en varas César Morales, que picó con mucho arrojo al 4o., y el puntillero Fernando Ríos, que estuvo valiente y certero, además de haber sido empitonado contra las tablas sin consecuencias. El festejo comenzó a las 21:00 horas, una vez que concluyó la tradicional procesión en la que tomaron parte los actuantes y el señor obispo, y cuando el personal de plaza terminó de recoger los vistosos tapetes de serrín pintado que adornaban el tercio.
Huamantla, Tlax.- Plaza "La Taurina". Corrida de Las Luces. Dos tercios de entrada en noche fresca. Cinco toros de Guanamé, desiguales en presentación, 1o. y 3o. protestados por chicos, que desarrollaron genio y fueron muy complicados. Y uno de Coyotepec (5o.), manejable. Pesos: 430, 470, 430, 535, 480 y 500 kilos. Eduardo Gallo (tabaco y oro): Palmas y silencio. Octavio García "El Payo" (grana y oro): Ovación y oreja. Sergio Flores (nazareno y oro): Ovación y palmas. Incidencias: Sobresalió en varas César Morales, que picó con mucho arrojo al 4o., y el puntillero Fernando Ríos, que estuvo valiente y certero, además de haber sido empitonado contra las tablas sin consecuencias. El festejo comenzó a las 21:00 horas, una vez que concluyó la tradicional procesión en la que tomaron parte los actuantes y el señor obispo, y cuando el personal de plaza terminó de recoger los vistosos tapetes de serrín pintado que adornaban el tercio.