Triunfal resultó la tarde para el toricantano Luis de María en Texcoco, pues pudo cortarle una oreja al segundo de su lote y demostrar que es un torero con personalidad y que puede llegar lejos, mientras que Rafael Ortega y Pasión Gitana se fueron de vacío.
El astado que cerró plaza fue emotivo, muy noble y con calidad. Luis de María se vio con idea y cuajó muletazos de buena factura, aunque también quedó de manifiesto que le falta rodaje.
El muchacho, cuyo nombre de pila es Luis Ricardo Medina Castellanos, se notó reposado y con mucha personalidad, lo que aumentó el volumen de su toreo. Tras terminar de buena estocada, le fue concedida una merecida oreja.
Con el del doctorado, el toro que le cedió Rafael Ortega, cumplió de buena manera y consiguió algunos momentos destacados, sobre todo al torear con la diestra. Es cierto, Luis se notó nervioso, pero solventó bien la papeleta y salió al tercio.
Rafael Ortega quiso hacer válido el mote de “El Señor de los Tres Tercios”, pues intentó agradar al público tanto con el capote, banderillas y muleta, haciendo todo de forma alegre y variada.
Desafortunadamente, pechó con lo menos potable del encierro y, en medio del viento, todo quedó en buenas intenciones, aunque su entrega durante toda la tarde fue muy loable y digna de señalar, lo que la gente finalmente le reconoció.
Luis Ricardo Medina “Pasión Gitana” tuvo algunos destellos de pinturería en sus dos enemigos, pero no consiguió redondear su actuación. Su primero fue noble y había que llevarlo muy bien toreado, pero el agitanado diestro no terminó por entenderlo.
Con su segundo ocurrió exactamente la misma situación, sólo detalles pero sin ligar mayormente, por lo que se retiró en medio de protestas tras ponerse pesado con el acero.