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Diego Ventura cautiva al público tapatío (video)

Domingo, 27 Mar 2011    Gudalajara, Jal.    Juan Antonio de Labra | Enviado Foto: Fernando Barrera           
Con "Nazarí" cuajó una soberbia actuación en el cuarto de la tarde
El poder de convocatoria de Diego Ventura sorprendió a más de alguno esta tarde en Guadalajara, pues la plaza "Nuevo Progreso" registró una excelente entrada, cercana a los tres cuartos del aforo del coso cubiertos, en esta que fue la última corrida de una intensa temporada que arroja muchos temas para el análisis.

Y no cabe duda que, palmo a palmo, el rejoneador lusitano, criado en España, fue conquistando escenarios y abriéndose camino con carácter. De ello ofreció esta tarde una nueva muestra en Guadalajara, porque tuvo que sobreponerse al juego de un primer toro descastado –además de distraído– al que metió en vereda a base de seguridad.

Porque ese primer ejemplar que abrió plaza era un ejemplar impropio para el toreo a caballo, que siempre exige que los toros se muevan, al margen de su etilo, siguiendo las cabalgaduras con celo.

Pues a base de esfuerzo, Diego fue encelando al de Begoña y la clave fue colocar el toro en los terrenos precisos para ir construyendo una faena interesante que tuvo su mejor momento sobre los lomos de "Revuelo", con el que ejecutó varias piruetas con exposición y cadencia.

La gente, que miró a Ventura con cierta duda, fue convenciéndose de que el caballista venía a por todas. En este sentido, la comunicación con la gente fue de menos a más, prácticamente como la intensidad que imprimió a lo largo de esta espectacular puesta en escena.

Y si montando a "Revuelo" había conseguido una comunicación más entusiasta con el público, a la hora en que toreó con "Califa", y realizó arriesgados embroques para hacer el desplante del teléfono, la afición tapatío terminó por entregársele. Fue así, y después de colocar un rejón de muerte en buen sitio, como cortó la primera oreja en esta plaza, y también la última de una campaña de 30 corridas en el lapso de dos meses.

La cosa se había quedado calientita, y lo mejor fue que el cuarto toro, con el hierro de Mimiahuapam, que estaba en tipo y tenía  preciosas hechuras, la actuación de Ventura se fue hacia arriba prácticamente desde el primer momento en que se dobló muy bien sobre "Triana", la única yegua de su cuadra.

Los tres rejones de castigo que clavó atemperaron mucho la enclasada embestida del toro,  y fue a partir de este momento, montando a "Nazarí" cuando consiguió los pasajes más toreros de toda la tarde, pues galopó de costado con inusitado temple, llevando cosido al toro en el estribo, en una estampa que conmocionó al público.

Roto por completo, Ventura sacó a "Morante" para hacer el show de las mordidas que tanto gusta al público, y remató de reventar aquello con "Ginés", que hizo su característico balanceo antes de clavar las banderillas. Por último, volvió a montar a "Califa" para clavar dos rosas al violín, y cuando ya tenía las dos orejas del toro en las manos, un pinchazo previo a un medio rejón de muerte, le arrebataron un triunfo legítimo que hubiese sido un digno colofón a su primera campaña mexicana, y más aún en esta plaza.

Joselito Adame cortó una oreja con algunas protestas, pero no cabe duda que la gente de Guadalajara lo quiere bien y siempre lo está esperando.

El quite por zapopinas y los pares de banderillas a su primer toro animaron el cotarro, y después estuvo esforzado delante de un toro manejable, pero que no decía mucho en su embestida. Una faena compuesta que remató de una estocada entera, algo desprendida, fue suficiente para que el gran público que asistió a la corrida le pidiera el trofeo concedido.

Delante del sexto, un mulo de 575 kilos de peso, el hidrocálido volvió a estar entonado en banderillas –clavó un excelente par por dentro– y más tarde se fue convenciendo de que si se quedaba quieto el toro podía descolgar un poco más la cara. Y así, de uno en uno, gustándose, realizó cuatro o cinco series por el pitón derecho de buen acabado. A la hora de matar colocó media estocada, que requirió de un certero golpe de descabello para retirarse entre palmas.

Ignacio Garibay sorteó un lote deslucido que sacó ciertas complicaciones. Y hoy, desde luego, no fue su tarde. Se le vio un tanto apresurado en sus procedimientos, pues lógicamente no era fácil plantarle cara a sus toros a los que alargó, en su afán de triunfo, las faenas de manera innecesaria.

Para colmo de males, en las dos faenas de Ignacio soplaron algunas ráfagas de viento que incomodaron al capitalino que, al igual que la corrida de Begoña, nos quedó a deber. Así es esto, por eso resulta tan difícil ser torero y, a veces también, hasta ganadero.

Ficha
Guadalajara, Jal.- Plaza Nuevo Progreso. Corrida extraordinaria. Tres cuartos de entrada en tarde templada, con algunas ráfagas de viento. Un toro de Mimiahuapam (4o., de rejones), bueno, y cinco de Begoña, de impecable presentación pero escaso juego en su conjunto. Pesos: 500, 540, 550, 505, 520 y 575 kilos. Diego Ventura: Oreja y ovación. Ignacio Garibay (lila y oro): Silencio y división. Joselito Adame (azul turquesa y oro): Oreja y palmas. Destacó en varas Gabriel Mélendez, que picó con arrojo al 5o.


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