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¡Viva Zapata!

Domingo, 26 Ene 2020    Mérida, Yuc.    Juan Álvarez | Corresponsal          
Tras una tarde con mezcla de dramatismo y vergüenza torera
En una tarde con tintes de gesta, en medio del drama y hasta heroicidad, Uriel Moreno "El Zapata" dio dos vueltas al ruedo tras una plausible demostración de vergüenza torera en el marco de la corrida del 91 aniversario de la Monumental Mérida, tarde en la que el rejoneador hispano Andy Cartagena salió a hombros tras el corte de dos orejas. 

Con un ambientazo y los tendidos llenos, con los aficionados vestidos de blanco a manera de tributo a la nonagenaria plaza, se desarrolló el festejo con el que en definitiva ha explotado esta temporada. 

El triunfador Andy Cartagena terminó por inventarse la faena con su primero, un toro que se paró muy pronto. Con sitio y amplio sentido del espectáculo cuidó hasta la última embestida del astado con el que se prodigó a bordo de sus cabalgadura ante el contento general. Lo mejor, su sentido de lucimiento. Mató de pinchazo y certero rejonazo. 

En su segundo, un toro con mayor motor, realizó una vistosa faena luciendo con banderillas largas, cortas y la rosa, haciendo gala de su destreza como jinete, con los aficionados de su lado. Mató pronto y se llevó las orejas. 

El Zapata tuvo que remar contracorriente con su primero, un toro que peleó con bravura en la cabalgadura, pero se vino a menos de manera dramática. Lo mejor la disposición del tlaxcalteca que pisó terrenos y se dio tiempo para algunas alegrías, pese a que el toro no auguraba faena a grandes alturas. Mató al primer viaje. 

Con su segundo vino la gesta. Un episodio repleto de drama, valentía y olor a desgracia. La alegría de inicio se apagó ante el temor de una cornada, tras intentar el par Monumental –de su invención–. El toro se revolvió y lo hizo volar por los aires para bailarle un zapateado una vez en el piso. De milagro se salvó de las astas. 

Aquello fue un silencio desgarrador, con el torero transparente, desmadejado y la taleguilla rota. Pero se levantó para torear literalmente noqueado, dolorido y fuera de sí. El dramatismo presente en el espectáculo de la vida y la muerte, vaya. Pero la faena estuvo salpicada de buenos  muletazos, llenos de lentitud y quietud, metido en la cuna, con la plaza en pie reconociéndole a coro. Y le gritaron "torero", pues aquello alcanzó tintes de heroicidad. Un valiente se  estaba jugando la vida en el ruedo. Si hubiera matado pronto aún lo traerían en volandas. 

Leo Valadez tuvo en su primero a un gran colaborador. Rebocero, de alegres embestidas, nobleza, calidad y fijeza, fue artífice de una faena pulcra, de buenos momentos por derecha y también en el toreo por naturales, pero que dejó a los aficionados con el olé que consagra en la punta de los labios. La faena, aseada y de buen gusto;no obstante, no se rompió en definitiva. Por si faltara, se puso pesado con la espada.

Con el cierra plaza lo intentó. El toro soso y deslucido, poco se prestó para pensar en faena. Y los aficionados salieron entonces satisfechos por lo observado, pendientes de como se llevaba la ambulancia al torero de Tlaxcala para revisión ante un posible esguince cervical, no sin antes despedirlo con el grito de "¡Viva Zapata!".

Ficha
Mérida, Yuc.- Plaza Monumental. Lleno total. Cuarta corrida de la temporada en ocasión del 91 aniversario. Lleno de "Agotado el boletaje". Toros de José Julián Llaguno, bien presentados y que cumplieron en general, destacando el 3o. que recibió palmas en el arrastre. Pesos: 539, 550, 490, 550, 520 y 500 kilos. Andy Cartagena: (gris, a la usanza española): ovación tras leve petición y dos orejas. Uriel Moreno "El Zapata" (blanco y azabache): ovación con leve petición de oreja y dos vueltas al ruedo. Leo Valadez (blanco y plata): ovación y silencio. Incidencias: El sobresaliente Roberto Gómez "El Zorrillo", realizó un buen quite por chicuelinas en el 4o. El juez Ulises Zapata fue abroncado tras negar trofeos a El Zapata tras doblar el 5o.


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