Antar se abrió de capa con verónicas con sabor que abrochó con una media que fue del agrado del público. Gracias a la calidad del astado, así como su trasteo aseado el novillero mexiquense logró conectar con prontitud con el tendido.
Antar regaló a la afición quites variados como chicuelinas antiguas, tafalleras y un farol invertido, mismos que fueron aplaudidos. Lidió un novillo que tuvo clase por ambos lados, que planeaba en su embestida y que parecía ir cosido a la muleta. De esos para soñar el toreo, vamos.
Cristian ejecutó una serie de naturales, de los cuales destacaron dos por el temple y calidad, mismos que fueron aplaudidos por la afición. Mató de una estocada eficaz a "Hostelero", que pronto buscó las tablas, y al grito de "¡Torero, torero!" recogió la oreja que le entregaron y dio una emotiva vuelta al ruedo, mismo premio que, minutos antes, había sido concedido al excepcional novillo de La Punta.
Cayetano Delgado realizó una faena laboriosa, de mérito, ante un astado complicado que soseaba por momentos, pero que se arrancaba con prontitud al toque. Y le encontró la distancia al de La Punta, con lo que logró ligar diversas suertes aunque sin llegar a conectar demasiado con el tendido. El regiomontano falló con el acero, y tras diversos descabellos algunas personas se metieron con él.
Juan Sebastián Hernández lidió al veleto y astifino corrido en tercer lugar y estuvo muy voluntarioso ante un novillo que no fue fácil. Sin embargo, trató de torearlo en redondo y de poderle. A lo largo de su faena, el novillero colombiano le dio varios pases de valía, entre los que destacó un afarolado que ligó a un pase de pecho. El público vio con agrado lo que hizo, aunque al final no pudo redondear con la espada.
Eduardo Neyra realizó una faena en la que buscó agradar a la afición ante un novillo que, en la recta final de la lidia, terminó por desentenderse de la muleta. El joven duranguense desde un inicio le encontró sitio al de La Punta, un ejemplar fijo y serio, pero al cual no le acompañó por lo que le costó transmitir con el público, aunado a que no estuvo certero con la espada.
En una tarde de apoyo hacia hacia los novilleros, con algarabía y entusiasmo culminó la quinta novillada de Arroyo en la que hubo muy buen ambiente, y se espera que así siga.