Federico Pizarro se despidió de Teziutlán y le cortó las orejas a un toro de regalo, de tal suerte que compartió la salida a hombros con el joven poblano Héctor Gabriel Ferrer que cosechó tres peludas a lo largo de un festejo en el que El Payo se fue de vacío.

Exitoso a todas luces fue el estreno de alternativa de Héctor Gabriel quien tuvo que esperar para ello 16 meses luego que la recibiera el 21 de abril del año pasado en Puebla, haciendo gala de carácter y deseos de sobresalir pues desde esa fecha no se había vuelto a enfundar el terno hasta hoy.

Lo anterior no menguó la afición del torero quien por el contrario se mostró enterado y haciendo las cosas bien gracias a que no ha dejado de prepararse en el campo y seguramente practicando muchísimas veces la suerte suprema pues despachó a sus toros de sendas estocadas mortales.

Fue al sexto de nombre "Castillo" que el poblano toreó con buenas maneras a la verónica; el toro empujó abajo en el peto y en el último tercio embistió con prontitud lo que aprovechó el torero, para cuajar series por ambos perfiles ante la entrega del público que con mucha fuerza, pidió las orejas luego que el toro doblara de un gran espadazo arriba y fuera ovacionado en el arrastre; al recorrer el anillo con los premios invitó al ganadero para compartir el reconocimiento.

Bien se desempeñó Héctor Gabriel en su primero con el capote en acompasadas verónicas y bonita revolera a pies juntos. Le hicieron sangre al de Tenexac y después de brindar a su familia, estructuró una faena corriendo ambas manos sobre todo la derecha con temple y largueza. Al final ejecutó manoletinas con quietud y vino la estocada de la tarde en la propia yema haciendo rodar al cárdeno sin puntilla conquistando la primera oreja.

En su campaña de despedida Federico Pizarro no habiendo tenido el resultado esperado anunció un regalo, este fue un animal sin presencia de Coyotepec al que recibió de rodillas ya en terreno de los medios pasando un momento de apuro; su faena tuvo voluntad careciendo de reposo y luego de dejar estocada caída para no desentonar con el ejemplar de regalo los premios fueron igual.

Ante el cuarto que acusó cierta debilidad y teniendo de fondo musical "Las Golondrinas" estuvo tesonero tratando de hilvanar las series con la izquierda siendo lo más destacado de su labor, hubo algunos intentos con la diestra y con medio espadazo delantero que produjo gran hemorragia puso punto final escuchando algunas palmas.

Hasta siete verónicas ligó Federico con el que abrió plaza que empezó bien, vimos un prologado puyazo seguido de buenas chicuelinas en el quite. Empezó con suavidad por abajo notándose la claridad del ejemplar que se empezó a distraer y venirse para bajo en el tercio mortal concluído de un chalecazo, leves palmas al coletudo.

Aunque El Payo salió con las manos vacías tuvo actuación muy torera, al parecer nunca había toreado una corrida de esta dehesa y se acopló bien con este ganado, recetó un par de verónicas soberbias a su primero que perdió las manos un tanto quizá por lo flojo de la arena, incluso a lo largo de la tarde los banderilleros se vieron en general mal posiblemente por lo mismo.

El  diestro queretano manejó el engaño por el lado izquierdo con sabor pese a que el toro llevaba la cara a media altura y en los muletazos postreros tendió a las tablas. Varios pinchazos y media tendida propiciaron el silencio para el torero.

Imponente salida hizo el quinto que en línea recta se fue hacia el burladero de matadores rematando repetidamente en él con fuerza y lanzando al aire tres tablas del mismo. Octavio lanceó con guapeza y recreándose en dos medias para rematar artísticamente.

La faena tuvo suavidad reposo y arte gustándose al torear por ambos lados; fue una lástima que la media estocada tendida fuera insuficiente para hacer doblar teniendo que usar el descabello con cuyos fallos se desmoronó la esperanza de premios, algunas palmas al toro y silencio para el torero.