El ejemplar de Campo Real que tocó en suerte al salmantino Domingo López Chaves, aunque fue manejable, no dio el juego deseado. El diestro ibérico deleitó al respetable con un manejo artístico del capote. Las cualidades de su astado le permitieron lucir con la muleta; para la memoria, las suaves chicuelinas que acompañaron las embestidas de su novillo.

Sebastián Castella tampoco se dejó nada; ante un débil ejemplar de Teófilo Gómez, plantó las zapatillas en la arena para demostrar que venía “a por todas”; la oreja concedida por el juez de plaza, para un sector del público supo a poco…

Para mala fortuna de Joselito Adame, el de San Constantino embestía sin entregarse. El hidrocálido saludó desde el tercio luego de una nutrida petición de la oreja tras una faena esforzada.

Cerró plaza cuando la noche nos recordaba el invierno, y Diego Silveti debía lidiar clima y astado un complicado ejemplar de Los Encinos. Y más, Diego se puso pesado con la toledana y dejó escapar los trofeos.