Los dos primeros nombres de la presente Feria de Texcoco son Arturo Macías y Sergio Flores, quienes alcanzaron los momentos de mayor calado de la tarde de este domingo y la salida por volandas fue el marco final de lo que resultaron actuaciones interesantes de ambos espadas, todo en el arranque de la era de la empresa Pasión Ganadera al frente de la plaza “Silverio Pérez”.

Toreó con ligazón Arturo Macías y más reposado que en otras ocasiones, encontrándose con un cárdeno de Pablo Moreno que demostró nobleza a raudales, además de emplearse con calidad en la muleta del torero hidrocálido, que antes ya había lanceado rítmicamente a la verónica.

El trasteo resultó aseado por ambos perfiles y Macías llegó incluso a torear en redondo, sin forzar demasiado al toro, así que mayoritaria fue la petición para que la autoridad el concediera las dos orejas como premio otorgado naturalmente después de una estocada efectiva, en tanto que el burel recibió arrastre lento.

Sigue tumbando caña Sergio Flores y el momento que atraviesa es digno de resaltar, dado que su claridad de ideas asombra a propios y extraños. Hoy se topó con un toro de Xajay que se desplazaba con mayor clase por el pitón izquierdo, de tal suerte que dibujó naturales sabrosos y que tuvieron largueza como una de sus cualidades más especiales.

Cuando el de Xajay vino a menos, el tlaxcalteca le pisó los terrenos y extrajo hasta la última gota posible, rubricando su labor de un estoconazo que le valió el corte de ambas orejas y el reconocimiento de la afición texcocana. En tanto, el toro fue galardonado con un arrastre lento un tanto exagerado.

La faena de Arturo Saldívar ante el toro de Lebrija tuvo momentos de buen nivel artístico, toreando despacio sin descuidar la figura. El ejemplar acudía a los cites de forma muy enclasada y, de no ser por su poca fuerza, sin duda estaríamos hablando de un toro de bandera. Saldívar perdió con la espada la posibilidad de tocar pelo.

Diego Silveti tuvo una actuación valiente y torera ante el de Villa Carmela, que tenía cierta dosis de transmisión pero embestía desacompasado y con un punto de violencia, de tal forma que deslucía. El guanajuatense eslabonó muletazos que le fueron coreados, pero sin poder redondear debido a las condiciones descritas.

Poco pudo hacer el aguascalentense Juan Pablo Sánchez con el de La Concepción, que era gazapón y se quedaba corto, así que manifestó tesón e intentó por ambos perfiles sin que la faena cobrara altura, salvo un par de naturales de bella factura.

Abrió plaza el rejoneador colombiano Andrés Rozo, que anduvo esforzado pero batalló con sus cabalgaduras pues de continuo se rajaban antes de llegar a la cara del toro de Torreón de Cañas, así que hay mucho por trabajar. A destacar la gran pega de los Forcados Amadores de Teziutlán con Iván McGregor a la cara.