En la hacienda San José Tepeyahualco, en el municipio de Tlaxco, Tlaxcala, se reunieron los familiares y amigos mas cercanos del ganadero Juan Huerta Ortega para despedirlo simbólicamente y depositar sus cenizas en un nicho enclavado en la pared de piedra del tentadero, como fuera su última voluntad.

Un circulo muy íntimo de personas, encabezado por su esposa Celia y sus hijos escucharon al sacerdote, y ofrecieron sus oraciones.

Terminada la bendición del nicho fue su esposa la encargada de colocar la urna en este sitio donde Juan Huerta contemplará las faenas camperas y en espíritu seguirá siendo participe de la belleza de la fiesta brava que lo apasionó desde su nacimiento hasta el último día.

Los hijos del ganadero agradecieron a los asistentes con una comida y comentaron que seguirán con cariño el sueño de su padre, quien ya descansa en ésta que consideraba su casa. Un grupo de mariachis entonó canciones que siempre fueron de su gusto y el ambiente se impregno de la esencia alegre de Juan Huerta.