La tarde de este sábado 4 de febrero será la última de Eulalio López "Zotoluco" en la Plaza México y, a su vez, representa su despedida definitiva de los ruedos al poner fin a su campaña del adiós, la cual comprendió desde el 20 de marzo del año pasado, con más de 60 corridas toreadas a lo largo y ancho del país.

Naturalmente que la nostalgia invade ya al maestro de Azcapotzalco ante el compromiso de esta tarde, en el que enfrentará al valenciano Enrique Ponce, con el que ya el 7 de febrero de 1999 había alternado en mano a mano, tarde en la que cortó una oreja.

Significativa es la despedida de Eulalio, pues aunque su tauromaquia puede gustar a muchos y no agradar a algunos otros, como todo en la vida, es un torero importante que dio la cara en todas las plazas, superándose día con día hasta llegar al sitio de figura del toreo, madurando su concepto y logrando torear con mayor largueza y profundidad, sin quedarse en esa casilla de solamente un torero recio y valiente.

Profesional y disciplinado, Zotoluco es un buen ejemplo de constancia y de no dejarse vencer. Desde abajo, y con el apoyo incondicional de sus padres, fue labrando un camino en el que adquirió mucho oficio al matar encierros duros, con sobrada edad y trapío, en tantos y tantos pueblos. Su técnica ha sido realmente importante, así como su capacidad referente al poderío.

Por ello, solventó la papeleta cuando en Europa lidió la camada entera de Miura a principios del nuevo siglo, así como encierros de otras ganaderías consideradas duras. La oreja que el 22 de mayo de 2000 paseó en Las Ventas de Madrid es uno de los puntos más altos de su trayectoria, sin olvidar los tres apéndices que el mismo año obtuvo en Valencia, a toros de Victorino Martín, dentro de la Feria de San Jaime.

En cuanto a su relación con la Plaza México, donde hoy dice adiós, por vez primera pisó Lalo este escenario el 22 de julio de 1984, junto a Manuel Lima y Pablo "Curro" Cruz, ante una novillada de La Laguna. Esa misma campaña sumó cinco festejos en La México.

La primera tarde de Zotoluco como matador en el coso de Insurgentes fue el domingo 26 de noviembre de 1989, día en el que tuvo lugar la confirmación de alternativa a la que llegó tras picar piedra arduamente conseguir esta oportunidad, lucha que se multiplicaría los años siguientes para abrirse paso.

Eulalio ratificó así en La México el doctorado recibido en San Buenaventura, Coahuila, el 20 de julio de 1986. Fue su padrino de confirmación Manolo Mejía y por testigo Sergio González, delante del toro llamado "Bombón", un cárdeno de Rancho Seco.

Desde nuestra óptica, su mejor faena en el escenario donde hoy se cortará el añadido fue la que cuajó ante "Romerito", de Los Encinos, bravo toro que mereció el indulto aquella tarde del 3 de diciembre de 2000. La hondura en los naturales que cuajó Lalo aquel día fueron quizá de lo más destacado.

Tampoco hay que olvidar el trasteo que ante "Venadito" de la Vicky de la Mora realizó el 25 de enero de 1998, al que le cortó las orejas y el rabo, únicos máximos trofeos que el maestro ha paseado hasta el momento en este monumental coso capitalino.

A recordar por supuesto aquellos manos a mano que sostuvo con figuras de la talla de José Miguel Arroyo "Joselito", Enrique Ponce y Manuel Caballero, hacia finales de la última década del siglo XX y el primer año del XXI, en los que solventó triunfal los compromisos.

Tuvo rivalidad con el tlaxcalteca Rafael Ortega e incluso en noviembre de 2004 torearon un mano a mano en el coso de Insurgentes. Luego del inesperado veto que se le impuso en 2006, Eulalio volvió hasta 2010 a la Plaza México, ya con su nueva administración.

Con más de 1100 corridas toreadas, tanto en América como en Europa, y 49 años de edad, así como poco más de 30 de alternativa y tirar del carro por varias temporadas, llegó el momento para que Zotoluco se despida de los ruedos. El platillo para hoy es fuerte y ha causado interesante expectación.