El festival para festejar el Día del Niño y de la Niña en la Plaza México marcó el regreso de Los famosos Enanitos de Torreón al máximo escenario taurino del país, luego de 36 años de ausencia en este ruedo. Volvieron con su solera y su alegría a generar emoción y sonrisas entre los aficionados que hicieron una entrada de más de 16 mil asistentes.

La tarde de este martes 30 de abril, el grupo de los enanitos toreros formado hace 47 años por Rogelio Amador, asombró a la niñez mexicana, a las familias, así como a los ancianos que por un par de horas volvieron a sentirse niños.

Con una absoluta dignidad, su actuación ha vuelto a poner en evidencia que el toreo mexicano ha sido y seguirá siendo inclusivo, toda vez que mientras en otras latitudes como en la propia España, justo hace un año se prohibió ese espectáculo; en México aún tenemos el gusto de poder disfrutar de sus evoluciones. Fue un acierto de la empresa actual, obsequiar este espectáculo al público para promover el gusto por la tauromaquia entre los pequeños y las pequeñas a quienes les brotaba la felicidad por los poros.

A pesar de haber sido un día hábil, cerca de las 4:30 de la tarde, miles de personas llegaron a La México, ya sea en el transporte público o en autos particulares para presenciar el renovado programa de estas personas pequeñas, mismo que incluye también pasajes de rodeo, que aprendieron a lo largo de sus giras por Estados Unidos.

Además, ejecutan saltos en cuatrimotos, bailes, imitaciones de artistas íconos de nuestro país como Cantinflas o de actualidad como "Peso Plumita" y desde luego que la infaltable presencia de los payasos le puso el toque pícaro al evento. Fue tal la afluencia de gente en el último minuto, que se debió esperar 30 minutos para que el público pudiera terminar de entrar y de ocupar sus localidades para poder iniciar.

Se disfrutó de todo, desde los lances temerarios de los enanitos toreros que son veteranos del grupo, hasta la inocencia de los que se están preparando para ser el relevo generacional, como el caso de Mateo Alexander Andrade, quinta generación de estas familias de artistas del ruedo; hasta el adiós a la tauromaquia en activo de Karla Romero, torera originaria de Aguascalientes que ronda los 41 años de edad y que en 25 de los cuales se ha desarrollado como la torera más longeva en este grupo.

Para el fundador, Rogelio Amador y quien participa como narrador durante el espectáculo: "Es una satisfacción haber regresado al máximo coso del país. Nos presentamos aquí, en marzo de 1986, nos trajo el empresario Alfonso Gaona y fue tal el éxito que nos repitió al domingo siguiente; luego regresamos en 1988, pero apenas volvimos hasta ahora", señaló, por ello, en agradecimiento, fueron a visitar la Basílica de Guadalupe.

Por su parte, el matador Jorge Mata, promotor de estos eventos desde hace quince años, consideró: "Le tengo mucho cariño al grupo. Se realiza un espectáculo familiar donde el toque taurino lo pone la mini corrida de toros, que junto con el rodeo es la parte seria del espectáculo, ya que estos guerreros de la vida dignifican la Fiesta Brava pues se la juegan ante serios becerros. Este día cumplieron su sueño de torear en La Plaza México y merecen mi admiración y la de todos".

Había caído la noche, cuando los aficionados se lanzaron al ruedo de la Plaza México para tomarse la foto del recuerdo con los enanitos toreros, quienes dejaron un ellos un gran sabor de boca, en especial en la niñez, la mayoría de la cual, tuvo su primer acercamiento con la Fiesta Brava de esta manera tan simpática y respetable para crear nuevos aficionados.