La Feria de San Isidro avanza con buen ritmo, y varios triunfos relevantes han despertado el interés de la gente. Y no sólo de la que asiste a la plaza todas las tardes, sino también de aquellos aficionados de distintas regiones del mundo que siguen con puntualidad su desarrollo.

Hoy toca turno nuevamente a Andrés Roca Rey en su segunda comparecencia de las tres contratadas este año en Las Ventas, y ya tiene en su haber una de las Puertas Grandes de la feria. Ahora vamos a ver cómo sale la corrida de Adolfo Martín, y cómo termina la doble apuesta hecha tanto por el peruano, como por el empresario francés Simón Casas.

Porque de todo ese menudo rollo del "bombo" que, por cierto, ya había inventado antes Mario Zulaica en la Plaza México, aunque con un propósito muy distintos. Así que, parafraseando al gran Mario Vargas Llosa, la tarde de este jueves podría ser la piedra de toque del presente San Isidro.

Y es que al único torero que no tenía que tocarle la corrida de Adolfo Martín era a Roca Rey. Pero el destino ha querido que su condición de figura, que pudo haberse quedado al margen del sorteo, ahora tenga que tragar con una corrida de un encaste que ha toreado poco y que podría ser un desafío una tauromaquia que todavía se encuentra en proceso de maduración.

Desde luego que este hecho tiene mucho morbo, y los detractores de Roca Rey estarán esperando que se estrelle, y de paso Simón Casas con este ardid que no estaba diseñado para el peruano. Si al final un toro le embiste y le corta las orejas, habrá ganado una riesgosa apuesta y será el mejor detonante para legitimar el encendido discurso del empresario.

Pero si eso no ocurre, servirá para dar armas a los que, de antemano, no han tenido empacho en vaticinar que este absurdo reto –cuasi millenial, tan ad hoc con la edad de joven torero–, terminará en un rotundo fracaso.

Ahí radica precisamente la historia secreta de la corrida de de hoy en Las Ventas, donde Andrés comparte créditos con Manuel Escribano y Román para lidiar los toros del primo de Victorino Martín, una ganadería procedente de encaste Albaserrada que también goza de cartel en Madrid, y del que un sector del público se puede poner a favor de sus toros al menor descuido.

Ahora todo dependerá de la suerte, ese factor intrínseco que suele afectar, para bien o para mal, los resultados de una tarde cargada de tanta expectación, como la de este jueves 30 de mayo; una tarde que, a priori, arroja diversas lecturas.

Y Roca Rey, que mantiene la mirada del tigre en su expresión, y la seguridad de saberse el "enemigo" a vencer, afrontará el compromiso más difícil de su aún corta y prometedora carrera. A ver qué dice la suerte, que hoy nos dará un inesperado veredicto.