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Efemérides: El doctorado de Caballero

Jueves, 20 Sep 2018    CDMX    Redacción | Foto: La Verdad   
Para la ocasión volvió a vestir de luces el maestro Dámaso González

La tarde del 20 de septiembre de 1991 recibió el doctorado uno de los novilleros que por aquel entonces más destacaba en el escalafón europeo, el albaceteño Manuel Caballero, que con el paso del tiempo se convirtió en una figura del torero y se ganó el cariño del público mexicano.

El escenario fue el magnífico Coliseo Romano de Nimes, en Francia, y para la ocasión volvió a vestir de luces el maestro Dámaso González, que le cedió los trastos a Manuel Caballero en presencia de Jesulín de Ubrique, delante de un encierro de la ganadería de Jandilla.

El ejemplar de la alternativa llevó por nombre "Vicario" y pesó 500 kilos, colorado de pinta, al que el toricantano, que vistió un terno en blanco y oro, le tumbó una oreja de peso. Aquella corrida en Nimes fue organizada por el empresario Simón Casas, con un cartel ciertamente creativo.

Manuel Caballero nació en la ciudad de Albacete, España, el 29 de enero de 1971. Debutó en público a los 11 años, en 1982, y se presentó ya como novillero formal en un festejo con picadores el 6 de marzo de 1988, en el coso de Osuna, y conquistó un triunfo de dos orejas.

Como novillero salió a hombros de Las Ventas de Madrid, en 1990, y ya como matador lo hizo en dos ocasiones, en 1997 y 1998. Recibió la alternativa en Nimes, Francia, el 20 de septiembre de 1991, llevando como padrino al maestro Dámaso González y como testigo a Jesulín de Ubrique, con toros de Jandilla.

Siempre con la seriedad del toreo bueno, Caballero ratificó en la capital de España la tarde del 19 de mayo de 1992, dentro de la Feria de San Isidro, de manos de José María Manzanares y Roberto Domínguez como testigo, ante toros de la vacada de Garzón.

Era el 2 de noviembre de 1997 y Manuel Caballero confirmó en la Plaza México, de manos de Rafael Ortega y Fernando Ochoa como testigo de la ceremonia, ante el toro de nombre "Sampamí", de la ganadería de Manolo Martínez, tarde en la que dejó una grata impresión.

Caballero llegó a ser un torero muy querido en México y aquel día fue punto de partida para una relación que se extendió hasta la despedida del albaceteño, quien llegó a regalar tardes de toros que serán siempre bien recordadas por la clase y el empaque que manifestaba.

Su última tarde en España fue en Albacete, el 17 de septiembre de 2004. Semanas después, el 21 de noviembre, hizo lo propio en la Plaza México, festejo en el que le tumbó el rabo a un toro de Reyes Huerta. Su adiós definitivo tuvo lugar en Colombia, concretamente en la ciudad de Medellín, el 12 de febrero de 2005, cuando compartió salida en volandas con César Rincón.


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