Desde luego que no sería ese un mal cartel para llenar hasta la bandera una plaza como Las Ventas. Aunque, a tenor de lo visto el pasado viernes, es bastante improbable que ni el rey de la selva ni el superhéroe de capa roja pudieran ganar en valor, pureza e intensidad torera al que, de momento, es el auténtico triunfador de lo que llevamos de San Isidro.
Y es que Fortes, más allá de la oreja, o las orejas, que le pidió por aclamación y unanimidad una plaza entregada y que le negó un presidente inepto, llegó en el cuarto festejo del largo y plúmbeo abono isidril para poner las cosas en su sitio, trayendo la vara de medir que regirá la exigencia de la que se promete brutal criba de primavera en la monumental madrileña. Pero ya habrá tiempo de analizar más detenidamente todo lo que de trascendente suceda en la feria.
Porque resulta que Tarzán y Superman, y Batman, y Mortadelo, y el pato Donald, e Indiana Jones, y Bugs Bunny, y Asterix y otros muchos personajes del cómic internacional también “torean” estos días en Las Ventas. No en su amplio ruedo sino en la Sala Bienvenida, el lugar de exposiciones de la plaza que hasta el día 27 de mayo acogerá la muestra taurina más original y sorprendente de cuantas se han organizado en los últimos años.
"Del ruedo al cómic" se titula este asunto por el que el inquieto Fernando González Viñas, historiador, traductor, novelista, editor y otras muchas cosas más que caben en su mente renacentista, ha reunido un centenar de piezas del cómic y de la novela gráfica internacional que vienen a demostrar, una vez más, la fuerza y la repercusión de la cultura taurina en todo el mundo.
En este caso, se trata de la atención que le han prestado las firmas de mayor nivel del cómic estadounidense, que en algún momento han puesto a torear a su manera a todo el escalafón de superhéroes conocidos o incluso a los zombies de las historias de terror, colocando siempre al toro como paradigma del peligro.
Desde los primeros tebeos aparecidos en España a primeros del siglo XX a las modernas novelas gráficas, entre ellas las de los tiempos de la famosa “movida madrileña”, pasando por el genial Martínez de León o por maestros del cómic como Hugo Pratt y su Corto Maltés, esta cada más prestigiada versión de la cultura popular tampoco ha sido ajena al mundo de la tauromaquia, que también aquí ha demostrado su universalidad.
Hasta la japonesa Maki Satoo, miembro del insospechado Club Taurino de Tokio, ha convertido en una serie de manga la originalísima pero muy actual historia de su “Golondrina”, una muchacha lesbiana a la que, figuradamente, salva de un suicidio pasional nada menos que el recordado Antonio Corbacho, quien la reconduce hasta forjarla como torera, cuando establecerá otra relación amorosa con una activista antitaurina.
Es decir, que la exposición tiene todo y de todo, y que se trata sin duda alguna del acontecimiento cultural taurino de mayor nivel y trascendencia de cuantos tendrán lugar en Madrid en torno a este San Isidro, al menos en los medios generalistas, que le están dedicando toda la atención que no ha encontrado en los endogámicos soportes especializados, tan cerrados en su ruinoso negocio.
Sí, quizá la de "Del ruedo al cómic" una de las mejores noticias de un San Isidro que tan pocas buenas está ofreciendo de siete a nueve de la tarde. De momento, solo la de la apabullante y determinante actuación de Fortes, que se dejó ver sobre la arena como lo que siempre fueron los toreros: auténticos superhéroes vestidos de luces.