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Juan Luis Silis clama justicia

Jueves, 21 Mar 2019    CDMX    Martín Banda | Corresponsal   
A diez años de haber tomado la alternativa pide una oportunidad
Al cumplir hoy 10 años como matador de toros, lo menos que se podría esperar es que Juan Luis Silis lo celebrara felizmente toreando en alguna plaza de toros o, por lo menos, en un tentadero, con sus compañeros y amigos de profesión.

Sin embargo, la realidad es muy diferente y extraña. Al otro lado de la línea telefónica conversamos con Juan Luis Silis, el torero y el hombre, que se escucha "desesperado, pero perseverante". Se encuentra solo y olvidado por las empresas, y también por los ganaderos que un día le hicieron creer que le darían su apoyo. Un apoyo que, a pesar de las circunstancias, sigue esperando con ilusión.

El llanto de un hombre triste por la mala suerte que lo ha acompañado en estos años no tarda en escucharse en la plática. Es Silis, el mismo que un día fue noticia y ocupó las ocho columnas de la prensa sensacionalista, de la radio y la televisión, por caer herido gravemente en la plaza de Pachuca, con el rostro desfigurado por entregarse cabalmente a su profesión y que, al cabo de un tiempo, quienes tienen el sartén por el mango simplemente lo olvidaron.

"¿Por qué son así conmigo, ¿qué les he hecho?", se pregunta el torero capitalino de 38 años, mientras llora desconsolado.

La tarde de aquel 21 de marzo de 2009 en Apizaco, Mariano Ramos le cedió la lidia y muerte de "Garrotero", de la ganadería de Gómez Valle, en presencia de Rafael Gil "Rafaelillo". Se trataba de un chaval que dejaba las filas de novillero con 40 festejos atrás, incluyendo siete tardes en la Plaza México y con una ilusión tremenda por ser figura.

Fue una tarde triunfal al cortar las dos orejas a su segundo toro, que se llamó "Tlaxcalteca", muy malo pero con transmisión, al que mató en todo lo alto para desorejarlo, en presencia de aquellos toreros veteranos, curtidos en mil batallas.

Luego vino un inicio de carrera como todos los que empiezan, a veces pagando las cuadrillas, otras más pagando los toros. El caso era torear. Silis se fue dando a conocer por su pujanza, por su entereza, por su "querer ser en la profesión" y no uno más del montón.

El 7 de octubre del 2012, en Pachuca, en una corrida de oportunidad dio el campanazo. Fue una corrida televisada, en la que le cortó las dos orejas al toro "Gato", de la divisas de Caparica, y además de premio se ganó un automóvil. Era apenas su corrida número 12, y los profesionales pensaron que, por su forma de torear, ya rebasaba el centenar de festejos.

En la Temporada Grande 2013-2014 la empresa de La México le ofreció la oportunidad de confirmar su doctorado al lado de Juan José Padilla y Rafael Ortega, pero antes que eso sucediera, el 13 de octubre lo repite la empresa Pasión Ganadera en Pachuca, con Uriel Moreno "El Zapata" y Cuqui de Utrera, con toros de José Julián Llaguno. Y sucede aquel trágico percance que casi le cuesta la vida, al ser herido en la cara. Rafael Herrerías, entonces empresario del gran coso, le mantuvo la promesa de darle su lugar para confirmar en cuanto se hubiera recuperado.

La reaparición se dio nuevamente en Pachuca, "para alejar los fantasmas", dice con entereza. Fue el 4 de mayo del año siguiente y en el cartel Silis alternó con Julián López "El Juli" y Joselito Adame. La cosecha esa tarde fue la friolera de ¡tres orejas en su espuerta! Después de eso, otra vez a empezar, toreando en plazas de segunda y tercera categoría, pero ninguna en las de primera.

En el 2015, la empresa Casa Toreros lo anuncian en Las Playas, de Tijuana, donde un toro de la ganadería nuevoleonesa de La Playa lo hiere de la pantorrilla y le fractura el peroné. El empresario pactó una repetición con el torero, pero ésta nunca llegó.

Volvió a reaparecer en festivales y previo a la Temporada Grande 2016-2017 se acercó a los nuevos empresarios de La México, quienes le dan un puesto en una corrida de oportunidad en la Feria de la Cuaresma, del 2017, cuando confirma de manos de Cristian Ortega, con Oliver Godoy y Antonio Mendoza de testigos, cortando una oreja al toro "Pelotari", de Rancho Seco.

Lo triste es, que, de acuerdo con el torero, ningún ganadero le dio un pitón para entrenar previo a su confirmación, llegando tan solo con la preparación que tuvo en corridas incruentas en Perú y Costa Rica, unos días antes. Preparación escasa, por supuesto.

"Después no he toreado nada. Me han dado la espalda. ¿De qué se trata, a qué se debe que me están tapando, a qué se debe que no sean justos conmigo?", se pregunta el diestro, desconsolado.

"Soy un torero que me la he ganado a ley en el ruedo, no por palancas, ni por dinero, ni por atravesado. El año pasado tristemente nada más me anunciaron en un festival. Este año, ¿qué pasa con las empresas, por qué no me responden, qué les debo, qué les hice o qué tiene que pasarme? ¿Dejarme pegar una cornada más seria que la que me dieron?, ¿Por qué no me dan la oportunidad?, pero eso sí con todo respeto, llegan toreros extranjeros y sí les dan a manos llenas, ¿de qué se trata este juego?"

Al cumplir 10 años como matador de toros, Juan Luis Silis no tiene más que lagrimas para recordar su aniversario.

"Lo digo tristemente que hasta se me salen las lágrimas, ¿qué está pasando con los empresarios que no se fijan en los toreros que realmente sabemos valorar el toreo de corazón y dárselo a la afición?,¿Por qué no me valoran a mi tantito en el aspecto que he luchado, me he partido la madre en el ruedo, he estado a punto de morirme cuando en España a los toreros que les pasa eso los hacen héroes como a Padilla y Ureña, pero aquí nos abandonan?, exclama.

Luego, el torero charro, lanza con una propuesta a los empresarios:

"Pido la oportunidad en cualquier plaza, si ya no les doy, yo mismo me corto la coleta. Pero sé que puedo dar más. Estoy desesperado, pero soy perseverante, esto es de perseverancia, pero tampoco. Puedo vender tamales y tacos, pero lo mío es ser torero, y quiero dar rienda suelta a esta apasionada vocación".

Por ahora, la única ilusión que tiene Siles es cuajar un toro en la corrida de la Oreja de Oro, de Aguascalientes, festejo que organiza la Asociación Nacional de Matadores en la que colabora desde hace varios años. Y no pierde la fe de estar bien y volver a llamar la atención como sabe hacerlo, en el ruedo, delante del toro, con las orejas en las manos. La lucha continúa.


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