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Arturo Macías y su temple al natural

Domingo, 16 Sep 2018    Madrid, España    De Labra | Foto: Plaza 1           
El hidrocálido firmó la faena más destacada en Las Ventas
La apuesta que había hecho Arturo Macías no era fácil. Sin embargo, se agradece el gesto -y la gesta- del torero hidrocálido de apuntarse a una corrida de este tipo, que terminó defraudando por su falta de casta, ya que este "Desafío Ganadero" no fue otra cosa que un reto contra sí mismo; el de no conformarse; el de tratar de abrirse camino en Europa, como lo está haciendo: con entrega y afición.

En dicho sentido, cabe decir que tuvo la "buena suerte", así, entre comillas, de sortear el lote con más posibilidades de lucimiento, pero sin que ello fuera totalmente rentable para triunfar con mayor facilidad. Y si acaso su primer toro, de José Escolar, que fue noble, le permitió demostrar su madurez a lo largo de una faena en la que brillaron dos magníficas series de naturales.

El público madrileño observó con atención la labor de Arturo, que se plantó en los medios, tiró del toro con autoridad echándole la muleta al hocico, y se lo trajo embebido en los vuelos de su muleta en naturales tersos, despaciosos, que calaron en el tendido por su profundidad.

Hasta dos veces repitió la dosis de temple el mexicano, que afianzó las zapatillas sobre la arena, confiado siempre en su valor, para romperse de cintura luego de haber citado con el medio pecho por delante y una gran verdad en los embroques. Mató de tres cuartos de estocada, un tanto tendida, y la gente lo despidió con una cariñosa ovación.

De haber tenido el toro un punto más de fuerza y transmisión, otro gallo le hubiera cantado al de Aguascalientes, que hubiera podido redondear mejor su entonada faena.

Y esos fueron los pasajes más toreros de una tarde con poco contenido debido a las nulas prestaciones que tuvo el resto de la corrida. Porque cuando parecía que el sexto, que tenía unas hechuras preciosas, iba a romper a embestir después de un primer tercio muy interesante, el de San Martín vino a menos y acusó el castigo recibido en varas.

Arturo se afanó en colocarse a la distancia precisa para tirar del toro, pero ya se había dejado su fondo de bravura en el peto del caballo que montó Antonio Muñoz, que picó muy bien y fue ovacionado por un público que estaba ávido de ver más espectáculo en el primer tercio de la lidia.

Javier Castaño se mostró muy solvente delante del ejemplar que abrió plaza, que fue tan dócil como deslucido y pertenecía a la divisa de José Escolar. El torero de León quiso remontar en el cuarto, el primero de los tres de San Martín, un toro alto y basto, fuera de tipo de lo que suele ser el encaste Santa Coloma. Y hacia el final el trasteo el toro se echó y tuvo que ser apuntillado, con que dio al traste con las buenas intenciones del honrado primer espada del cartel, especialista en corridas de las llamadas "duras".

Ricardo Torres tampoco tuvo toros. El segundo tenía peligro sordo y medía mucho, además de que enganchaba la muleta con frecuencia en una faena cuyo mayor mérito fue la eficaz estocada con la que lo despachó. Instantes después, el zaragozano salió a ver si la gente lo ovacionaba, y en su lugar se llevó una silbatina por este incomprensible atrevimiento.

La de Arturo Macías fue la cuarta corrida de su vida en Madrid, y también la cuarta comparecencia de un torero mexicano en la temporada madrileña por la que ya transitaron Joselito Adame, Sergio Flores, Luis David y el novillero André Lagravere "El Galo", a la espera de que el propio Luis David regrese en la Feria de Otoño al lado de Alejandro Talavante, para dar cuenta de un encierro de Adolfo Martín.

Entretanto, en esta fecha tan señalada, la del 16 de septiembre, Arturo Macías dejó en alto el nombre de México con una actuación más que en la primera plaza del mundo.

Ficha
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Segunda corrida de "Desafíos Ganaderos". Un cuarto de entrada en tarde soleada y cálida. Toros de José Escolar (1o., 2o. y 3o.) y tres de San Martín, desiguales en presentación y de poco juego en su conjunto, donde destacó el 3o. Pesos: 549, 575, 496, 554, 580 y 555 kilos. Javier Castaño (burdeos y oro):  Silencio en su lote. Ricardo Torres (sangre de toro y oro): Silencio y ovación. Arturo Macías (palo de rosa y plata): Ovación y silencio. Incidencias: Joao Ferreira y Fernando Sánchez saludaron una ovación por buenos pares de banderillas al 1o.


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