Juan Pablo Sánchez triunfa en Guadalajara
El espada hidricálido desorejó a su primero
Hoy hemos vivido la fiesta brava en plenitud. Gran ambiente, público entendido, toros que se comportaron acordes a su cuatro y cinco años cumplidos –unos con más y otros con menos posibilidades– pero que mantuvieron el interés a través de todo el festejo. Y una terna que se entregó toda la tarde.
Juan Pablo Sánchez fue el triunfador al cortarle un par de auriculares al segundo en el orden, por una faena cuya característica principal fue el entendimiento de las condiciones de “Valeroso”, un ejemplar al que pitó un sector minoritario; pero que ellos también acabaron por aplaudirlo en el arrastre.
Con el percal, el de Begoña no ofreció posibilidades. Por fortuna, luego de un aparatoso tumbo a José Prado, y debido al temple exquisito del aguascalentense, poco a poco se entregó al trasteo de Sánchez. El inicio de faena fue con muletazos por bajo que el público jaleó muy fuerte. Todo estaba listo en el centro del anillo, donde Juan Pablo le realizó toda la faena. No vaya usted a creer que era una hermana de la caridad. No. Había que estar muy dispuesto. En el sitio y en la exacta distancia.
El trasteo, fundamentalmente derechista, tuvo su clímax en una serie soberbia que tuvo temple, ritmo, distancia y el ritmo exacto que Juan Pablo le supo imprimir. Sobre todo, al rematarla con un cambiado por la espalda ligado al “martinete” en el que se pasó la muleta a la izquierda culminando con recorte por bajo y el kilométrico pase de pecho. La plaza rugía y el torero disfrutaba su obra. La cereza vino con la espada. Muy en corto deletreó la suerte suprema, por lo que, sin dudarlo, el juez mostró los pañuelos.
El segundo de su lote tenía un pelaje llamativo y… polémico. Para mí fue un ensabanado mosqueado, botinero y veleto de cuerna. Ya verá las fotos y dará usted su versión. De “Seductor”, que fue su nombre, no tuvo nada. Quien sedujo al toro y a la parroquia fue el torero de Aguascalientes por una faena, que, si bien no tuvo la pulcritud de su primer trasteo, a cambio tuvo un alto grado de emoción por lo que había que aguantarle al de Begoña. Lo despachó con un pinchazo, una entera y un aviso.
Al torero galo, Sebastián Castella, el exigente público lo apoyó toda la tarde. No era para menos. El primero de la tarde y primero de su lote, le pidió el carnet. Castella lo tiene vigente y con alta calificación. Comenzó con lances a pies juntos muy firme, a los que le siguieron dos ajustadas chicuelinas y el remate de revolera. El quite fue también muy ajustado por el lance de Chicuelo y el remate fue una media de pintura. Para el tercio de muerte, Sebastián comenzó con toreo por bajo de poder –aquí sí indispensable– con una rodilla flexionada.
El toro exigía horrores. El francés no dudaba en someterlo a cada muletazo, tanto en series por izquierda, como con la diestra. El único descuido, por poco le cuesta un serio percance. Sin dudarlo, “Talentoso” se lo echó al lomo para depositarlo de fea manera en el ruedo tapatío. En la plaza temimos lo peor. Por fortuna todo quedó en un fuerte batacazo. Lo despachó de un pinchazo y estocada entera. Fue llamado a recibir una entregada ovación.
De la enfermería salió Castella a lidiar el cuarto de la tarde. A fe buena que el torero insistió muy entregado. Sin regatear nada el espada galo. Desgraciadamente, le tocó el lunar del encierro. Regateaba las embestidas, se dio a rascar y a probar en momentos. Castella en el sitio y el público entendió lo que sucedía en la arena. Una estocada casi entera y a otra cosa mariposa.
Vendría el toro de regalo del hierro de Santa Teresa. Desde el toreo de capa, “Caminante” nos hizo concebir esperanzas. Lances a pies juntos rematados toreramente al soltar una punta del capote. Seguían los buenos augurios en el quite por verónicas rematadas con la media, todos con ritmo y temple. Para el tercio de muerte, se fue al centro del ruedo para, envuelto en un silencio, de esos silencios de la "Nuevo Progreso" que hoy se prodigaron, esperar una eternidad a que arrancara el de Santa Teresa.
El jaleo fue grande para los tres cambiados, dos por alto y un desdén que hizo explotar los tendidos. La cúspide de la faena fue un natural eterno al toro que hacía amagos de frenarse. Entera caída, trasera, aviso y un golpe con la de cruceta. Aunque la petición fue unánime, el palco no concedió el trofeo. A cambio el público lo llamó a dar una vuelta con mucha fuerza.
Vaya entrega del torero de Tlaxcala, Sergio Flores. Mire usted que reaparecer luego de la cornada espeluznante que sufrió en San Luis Potosí en una plaza como la de Guadalajara, y estar como estuvo es de reconocerle. Con mucho cariño, el público lo llamó al tercio al terminar el paseíllo para dedicarle una ovación cariñosa.
Con esa motivación y su convicción como estandarte, el de Apizaco tuvo una tarde muy seria y entregada. La suerte no le sonrió en el sorteo; pero Sergio estuvo, simplemente, en torero. Sin duda ninguna y sin aliviarse. El público lo despidió con cariño y respeto.
Para el próximo domingo, se anuncia un encierro de Santa Fe del Campo, para Fermín Rivera, Joselito Adame y Octavio García “El Payo”.
Ficha
Guadalajara, Jal.- Plaza "Nuevo Progreso". Segunda corrida de la temporada. Poco más de media plaza y clima agradable. Tres toros de Begoña (1o. 5o. y 6o.), tres de San Miguel Mimiahuápam (2o. 3o. y 4o.) y un séptimo de Santa Teresa (regalo), bien presentados y de juego acorde a su edad. Destacó el lidiado en 2o. Sebastián Castella (grana y oro): Ovación, silencio y vuelta tras aviso en el de regalo. Juan Pablo Sánchez (azul marino y oro): Dos orejas y silencio tras aviso. Sergio Flores (obispo y oro): Silencio y vuelta. Incidencias: Fue ovacionado el picador Ángel Juárez en el 4o. de la tarde, y el banderillero Rafaél Viuti fue llamado al tercio en la lidia del mismo astado.
Comparte la noticia
