Héctor Gabriel Ferrer recibió la borla como matador de toros en Acrópolis Puebla y a la postre saldó con el corte de un oreja este día tan importante, en tanto que Pablo Hermoso de Mendoza salió  en volandas al tumbarle lo dos apéndices al ejemplar que cerro plaza.

Desenvuelvo estuvo el torero poblano en su segundo cómodo de cuerna al que saludó con buenos lances, el animal acudió al caballo un par de ocasiones doliéndose primero y quedándose algo más bajo el peto después.

Estaba más relajado y brindó al público su labor iniciada con suaves doblones, más para trazar la ruta que para castigar. El animal tuvo movilidad que se tradujo en buenos muletazos derechistas, ya que al intentar por naturales faltó mayor acoplamiento.

Decidió retomar el toreo con la diestra teniendo por ahí sus mejores momentos, para rematar la labor de espadazo caído y efecto rápido, que produjo nutrida petición de oreja y entrega de la misma.

Bonito berrendo en cárdeno, botinero, fue el de la alternativa, de buen estilo y poca fuerza que perdió las manos varias veces. El puyazo fue medido y le clavaron sólo dos pares de banderillas, por lo mismo la continuidad del trasteo aún sin bajar el engaño no llegó, pese a lo cual hubo naturales aislados de buena ejecución. Lo despachó con media delantera tras pinchar con leves palmas para el torero y pitos al toro.

Cornalón y cariavacado fue el primero de Enrique Ponce, al que lanceó bien, pasado igual con dos pares terminó sin completar el recorrido y con cierto sentido; ante eso vimos voluntad del valenciano sin más que hacer, pinchazo muy caído y dos descabellos sonando palmas para el diestro y pitos al toro.

El mejor del festejo fue el cuarto con menor presencia y mayor acometividad, también fue pasado con un puyazo breve y dos pares. Tuvo Enrique  material para expresarse con su personal estilo dejando en la arena series de buen acabado y un remate de gran plasticidad por el lado izquierdo.

Un desarme deslució su labor que alargó al engolosinarse con poncinas, tratando de propiciar un indulto que afortunadamente no se dio dada la clara tendencia del astado a terminar distraído viendo al graderío; las tallas con la espada no impidieron que Enrique saliera a saludar tras un aviso y recorrer el redondel, luego que el astado lo arrastraron lentamente.

Notoriamente chico fue el primero de rejones lidiado en tercer lugar para el que hubo algunos pitos de salida, Pablo Hermoso estuvo toreando bien a caballo sin conjuntar una labor que llegara fuerte al tendido; falló hasta en tres ocasiones con el rejón de muerte escuchando palmas tras concluir de rejonazo trasero.

Con muchas patas salió un bonito berrendo de Marrón, paliabierto y justo de presencia. Pablo lo templó casi siempre pues por momentos fue alcanzada la cabalgadura, eso sí montando a "Disparate" consiguió los momentos más lucidos, así como las piruetas cercanas sobre "Donateli".

Tras clavar banderillas cortas y casi a toro parado un metisaca, luego clavó el rejón caído para que doblara el astado con abundante hemorragia. Se concedió una oreja pero como aparecieron otros pañuelos el juez otorgó la segunda oreja, excesiva a nuestro juicio.