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El periodismo de Ignacio Sánchez Mejías

Viernes, 22 Feb 2019    Morelia, Mich.    Quetzal Rodríguez | Infografía: LM   
…Su estilo como escritor y conferenciante va estar impregnado de...
En este libro se descubre a Ignacio Sánchez Mejías, artista e intelectual comprometido con su época,  el compilador y autor del estudio introductorio, Juan Carlos Gil, nos expone, en noventa páginas, lo que debe ser la obra periodística de un torero que cambia los trastos de torear por la pluma y el papel, es decir, pasa de torero en la plaza a cronista en un periódico. 

Una comunicación será el proceso de poner en común informaciones entre varios participantes de una colectividad, que se reconocen y participan activamente del resultado final. Pues los medios de comunicación nacen con la intención de informar de lo que puede suscitar interés en una comunidad. 

Desde esta perspectiva, para Juan Carlos Gil el periodismo es una actividad intelectual especializada en indagar en un acontecer social, en este caso la tauromaquia, y Sánchez Mejías, en sus crónicas, refleja otra de las características del periodismo: distribución jerárquica y cultural de los conocimientos taurinos incardinados en una sociedad.

Si el periodista, explica el profesor Gil, es un intermediario que suministra información previa selección, elaboración y presentación para que el interesado llegue a comprenderla sin grandes esfuerzos, es un mediador entre lo que ha ocurrido y la audiencia a la que se dirige, Sánchez Mejías, una vez más, cumple con esta misión. Esta tarea mediadora es también una función productora en la medida en que el narrador es testigo y, en muchas ocasiones, protagonista.

A la pregunta, de por qué Sánchez Mejías simultanea ser torero en la plaza con la de intelectual, conferenciante y cronista, Juan Carlos Gil responde que las interesadas campañas de desprestigio a que se vio sometido las consideraba un agravio, más si tenemos en cuenta que su vida olía a cloroformo desde el comienzo. Su identidad de torero recio, puro, arrebatado y entregado a su profesión de matador de toros no le saciaba por completo, de ahí que acudiera al refugio de la escritura y las conferencias para colmar sus ansias.

Juan Carlos Gil justifica ese impulso creativo y dice que entre todas las representaciones de la vida y la muerte ninguna será tan dramática y conmovedora como las faenas de Ignacio Sánchez Mejías, que sentía en su interior un irrefrenable y misterioso impulso creativo, y es lo que le hace buscar un acento propio en el discurso como cronista. 

A lo que hay que sumar su inquietud por conocer todo lo que se ha escrito de toros y a quienes lo escribieron; por ejemplo, para rebatir a quienes atacaban las corridas de toros, contraponía a personalidades que escribieron laudatoriamente de ellas: Lord Byron, Maurice Legendre, Merimée, Montherlant, Waldo Frank y otros. 

Su estilo como escritor y conferenciante va estar impregnado de su personalidad como torero, y va a jugar siempre con el simbolismo del enfrentamiento entre la vida y la muerte, entre la inteligencia y la fiereza, entre la cultura y la naturaleza.

De sus crónicas se desprende la existencia de un sector antitaurino; que algunos críticos taurinos escribían según les pagaban los toreros o sus representantes; y también nos revelan datos sociales, políticos, ideas y creación artística, entre otros asuntos. Asimismo, Sánchez Mejías aprovechaba sus muchas notas de viajes para relacionar la tauromaquia con la elite intelectual española y extranjera, especialmente con aquella que introducía en su creación artística y literaria las corridas de toros. 

Cabe destacar un ejemplo de los muchos que contiene el libro: al hablar de la fiereza del toro cita a Rousseau cuando decía que la raza hispana estaba acostumbrada a jugar con la muerte entre los cuernos de los toros bravos. En este orden de cosas, merece destacar el símil que plantea entre la tauromaquia, Don Quijote y Sancho.

Es, pues, un libro que no dejará indiferente a nadie, a unos porque le recordará los vaivenes por los que ha vivido y vive la fiesta de los toros, y a otros porque será la primera vez que lea datos históricos acerca de la propia lidia escritos por quien hace pocas horas estaba delante del toro: por ejemplo, porqué se conservan algunas tradiciones, como los alguaciles abriendo el paseíllo; faenas de capas y pases de muleta hoy en desuso; quiénes dieron determinados pases por primera vez, y un largo etcétera que el interesado podrá leer en este libro, auténtico disfrute para el aficionado. 

Bibliografía:

Sánchez Mejías, Ignacio. "Ignacio Sánchez Mejías. Sobre tauromaquia, obra periodística, conferencias y entrevistas". Edición e introducción de Juan Carlos Gil González, Editorial Berenice, España, 2010.


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