Antonio García "El Chihuahua" fue el triunfador a la tarde en la Plaza "Caliente", de Tijuana, al cortarle las dos orejas a un toro de regalo, de nombre "Calupah", número 12 y con 540 kilos, ejemplar que resultó extraordinario.
Destacó un vibrante tercio de banderillas. Con la muleta cabe destacar que el toro fue muy completo y aguantó ochenta muletazos, siempre yendo con emotividad a la muleta de El Chihuahua, quien le pegó muchos pases, haciendo su toreo más para el tendido.
El toro fue extraordinario y jamás dejó de embestir con buen son, templado y siempre acometiendo con esa bravura tan deseada. Después de ver seis mansos y aburridos toros, salió en el de regalo, uno bravo. Antonio lo mató de una entera en buen sitio y se le concedieron las dos orejas y arrastre lento para el toro.
Cabe aclarar, que por error saltó al ruedo en tercer lugar el reserva número 21, cuando debió salir el número 12, al que El Chihuahua termino regalando y que fue el verdadero toro.
Bueno, con el que saltó al ruedo en tercer lugar, y ante una faena larga y tediosa, no pasó nada. Asimismo, tampoco con el lidiado en quinto lugar, “Bacaratt”, con el que Antonio realizó algo nunca visto al menos en estos tiempos, pues inició la faena toreando de pitón a pitón tocándole los lados al toro; empezó con el final. Obviamente con los lados tocados, el toro se puso a la defensiva.
Uriel Moreno “El Zapata” demostró el oficio que atesora después de veintitrés años de alternativa. Le cortó una oreja al corrido cuarto lugar, “Maquinita”. A Uriel se le vio asentado y gustándose, logrando buenos momentos y muletazos por ambos lados. Caló en los buenos aficionados el toreo lento y templado. Mató de una entera en buen sitio y se le concedió una oreja.
Con el corrido en segundo lugar, “Casino”, El Zapata había estado muy torero. El astado se le ponía por delante y terminaba con la cara arriba. Mató después de pinchar y se fue en silencio.
Joaquín Ribeiro “Cuqui”, torero portugués, quien tomó la alternativa de manos de Uriel Moreno, pasó por Tijuana con más pena que gloria. El toro de su alternativa “Remolino” numero 89 y con 456 kilos, del hierro de Hernando Limón, fue un toro manso con peligro, con el que no tuvo tela a pesar de sus deseos y con el que cerró la lidia ordinaria tampoco había nada que hacer. Se retiró en silencio. En ambos le sonaron dos avisos.