La tarde de este domingo se verificó la cuarta novillada de la temporada San Marcos 2017, ante un lleno realizaron el paseíllo los hidrocálidos Juan Pablo Herrera y Javier Castro así como el peninsular Christian Canano, al final de la tarde y ante la lidia de astados pertenecientes a la dehesa de Rosas Viejas,  mientras los aguascalentenses cosecharon un trofeo cada uno, el español anduvo con mucha desconfianza.

Semana tras semana se comprueba la existencia de una inagotable cantera de en Aguascalientes y es que durante la celebración del cuarto festejos pudimos ver dos vertientes de la tauromaquia local. Por un lado la entrega y el valor (cosa que debe tener un novillero) de Juan Pablo Herrera y por el otro la línea clásica del toreo mexicanista ejecutado por Javier Castro.

Juan Pablo Herrera hoy en día es uno de los alumnos más avanzados de la Academia Taurina Municipal y esta tarde ha dejado claro que los deseos de torear están más firmes que nunca. Con el que abrió plaza ejecutó el lance fundamental del toreo y un quite por saltilleras, mismo que fue la réplica de uno por gaoneras ejecutado por Javier Castro.

Antes de iniciar su labor con la muleta cubrió con espectacularidad el tercio de banderillas. Aprovechando las buenas condiciones de su astado estructuró una faena por ambos pitones y como parte final de su actuación se fue tras el acero con decisión cortando una meritoria oreja.

Con la intención de asegundar el triunfo se fue afrente a la puerta de toriles, lamentablemente en la salida el novillo se lo llevó por delante propinándole tremenda paliza, tras un instante de respiro y ya con el cate en el cuerpo se fue a las tablas para ejecutar dos largas y un ajustado farol de rodillas. Cuando intentó llevar al caballo nuevamente fue alcanzado de fea manera por lo que se quitó la casaca para ejecutar un quite por chicuelinas.

Si bien la faena se confeccionó con la valentía también hubo momentos de mucha calidad, lamentablemente falló con el acero por lo que evidentemente dolido saludó una fuerte ovación en los medios. Poco después y por su propio píe pasó a la enfermería.

Javier Castro es un joven que ha realizado un proceso muy interesante, ello debido a que su toreo está tomando senderos de clasicismo; sin embargo las características principales de un novillero también están presentes. Con el primero de su lote ejecutó hasta tres ajustados faroles de rodillas, el lance de Chicuelo en los medios y la creación del Calesero durante el quite.

Su faena tuvo una estructura bien definida en la que surgieron series de mucha calidad, poco a poco fue metiendo al novillo y al joven público en un trasteo que caló hasta los tendidos de la añeja plaza "San Marcos". Desafortunadamente llegaron las fallas con el acero por lo que se limitó a recoger una cariñosa ovación en el tercio.

Con el quinto de la tarde, Castro alcanzó las notas más altas del festejo primero con una actitud muy valiente que pasó por el recibimiento a porta gayola, los faroles en tablas y un ajustado quite.

Con la muleta nuevamente llegó el toreo clásico que inmediatamente trascendió a los tendidos, si bien las series por el derecho fueron bien rubricados con toreros remates, los naturales se confeccionaron con mucha lentitud y verticalidad. Tras sepultar el acero se le otorgó una oreja y ante la petición de un segundo premio el juez decidió no concederlo.

El joven español Christian Canano ha dejado mucho que desear, si bien es comprensible su verdor y tal vez las condiciones difíciles de su primer astado, que dicho sea de paso exigía un carnet que el español definitivamente no posee; lamentablemente denotó una total desconfianza frente a la cara de sus enemigos. Con el tercero de la tarde nula actitud con el que cerró plaza desconfiado en todo instante, en fin la recomendación no fue acertada.