La noche se vistió de azul en la Plaza Arroyo para la noble causa de ayudar a los niños autistas, en medio de la espléndida campaña de concientización y recaudación de fondos de la Fundación Iluminemos de Azul, encabezada de gran manera por Gerardo Gaya.

Los triunfos conseguidos por los actuantes en el festival tuvieron ese matiz azul del altruismo y del buen toreo, dejando nuevamente en claro que la Fiesta Brava siempre ha sido un ámbito en el que se apoya a los más necesitados.

A Sergio Flores poco le importa que sea una corrida de toros o un festival, pues sale a por todas y se encuentra en un momento en el que lo está viendo muy claro delante de la cara de los animales bravos, tal y como lo han manifestado  sus útimos triunfos.

Esta noche le cortó las dos orejas a un ejemplar de Jaral de Peñas que tuvo un interesante comportamiento, pues resultó encastado y tenía transmisión. Sergio se dio gusto toreando bien y bonito, e incluso logró muletazos en redondo y hasta el circurret, en recuerdo de Curro Rivera. Rotunda la estocada del tlaxcalteca y un triunfo más a su historial.

Diego Silveti se las entendió ante un noble novillo de Marrón que acudía con calidad a las telas, de tal suerte que el torero de dinastía se notó sobrio y reposado, toreando con buen gusto en pasajes donde brotó la chispa del arte. Un pinchazo antecedió a una buena estocada y finalmente paseó una oreja.

El aficionado práctico y ganadero Santiago Pérez Salazar dejó un grato sabor de boca por la faena realizada ante un eral de su dehesa, Arroyo Zarco, el cual tenía mucha clase aunque escasa fuerza e incluso parecía estar lastimado. Santi destacó en templados trazos por derecha y sin el ayudado, aunque hubo también naturales de buena factura para redondear un trasteo que le redituó en una oreja.

Alfonso Ramírez "El Calesa" dibujó destellos del arte que atesora, como un par de señoriales verónicas y algunos trazos por derecha. Lástima que el novillo de La Antigüa tuvo poca duración y ya no pudimos ver la faena completa que se mascaba en el ambiente, pero ahí quedaron esos detalles impregnados de un especial aroma.

El aficionado práctico Pedro Pinsón abrió el festejo y no tuvo suerte delante de un eral de Bernaldo de Quirós que se revolvía pronto, tornándose incómodo, de tal forma que no logró confiarse y cosechó palmas por la disposición demostrada en el redondel de Arroyo.

Resulta importante que la afición taurina se una al esfuerzo altruista que se realiza en eventos de este tipo. Convencidos estamos que la entrada debió haber sido mejor, dado que se ha apostado muy fuerte por esta causa; sin embargo, todo lo recolectado suma y es para bien.